‘El esfuerzo del perro por ser golondrina’, una novela sobre la fatalidad y los excesos

La procuradora Isabel Yáñez publica su segundo libro, al que da título un verso de Lorca

Isabel Yánez muestra un ejemplar de su última novela.e;clip:rec
Isabel Yánez muestra un ejemplar de su última novela.e;clip:rec
Marta Rodríguez
21:23 • 03 feb. 2014

‘El esfuerzo del perro por ser golondrina’ comienza con un entierro. El entierro de su protagonista, Pedro Pascual. Para descubrir las circunstancias que lo abocan  a esta muerte prematura hay que avanzar en la lectura. Las razones se remontan a su infancia y tienen que ver con el amor asfixiante de su madre. También con cierta pulsión sexual prohibida y con la gula, otra flaqueza inconfesable.

Este personaje y el universo que gira en torno a él han salido de la imaginación de la procuradora almeriense Isabel Yáñez (Lucainena de las Torres, 1960). Es la segunda novela que publica tras ‘La gusanera’ y esta vez ha confiado su edición al sello ejidense Círculo Rojo.

“El título es un verso de ‘Poeta en Nueva York’ de Federico García Lorca y hace alusión a la metamorfosis como muerte o la muerte como metamorfosis. Yo de adolescente me conocía de cabo a rabo la obra del autor granadino, que tuvo mucha influencia en mí. La verdad es que pensaba escribir otra cosa, pero cada vez que me ponía a hacerlo salía esta historia”, reflexiona Yáñez en una entrevista a LA VOZ.

En el fondo, como la propia escritora confiesa, la obra habla de la perplejidad del individuo ante lo fatídico y lo inevitable. “Toda su vida está bajo la influencia del exceso, en lo bueno y lo malo. El exceso del amor de una madre, sus propios excesos que no puede combatir y el exceso del mal en tercera persona, el mal que nos rodea”, expresa.




El papel de Almería
Almería juega un papel clave en ‘El esfuerzo del perro por ser golondrina’, ya que la historia está ambientada en el campo de Níjar. “La sinopsis alude a la creación de los dos campos de la provincia, en los años 50, y la formación de ese entramado, esa red humana que nace de la nada, de algo que esta estéril. A mitad del libro se produce la fuga de un coprotagonista a El Salvador, ahí también hay un pequeño homenaje”, señala.

Aunque el proceso de escritura de esta novela se prolongó entre 2009 y 2012, no se puede decir que Isabel Yáñez le haya dedicado tres años de su vida. La almeriense tuvo el manuscrito abandonado durante meses, pues tampoco le resultó fácil compaginarlo con su actividad profesional como procuradora.

A la pregunta de dónde empieza la ficción y acaba la realidad en este libro la escritora responde con sinceridad: “Nada es totalmente ficción ni verdad. Siempre está la imaginación, lo que tú fabulas, pero también hay un punto inspirado por situaciones que has conocido de forma indirecta o no”.

Amante de la literatura sudamericana, Yáñez considera muy difícil lograr tener una voz propia. “Una de las secretarias del Colegio de Procuradores que ha leído mis dos libros dice que se nota que los ha escrito la misma persona. Yo, salvando las distanticias y respetando el llamado realismo mágico, creo que en mis textos hay algo de eso, pero con toques reales. De hecho tienen un punto espiritual. En ‘La gusanera’ hay una especie de ángel guardián que proyecta su influencia sobre la protagonista”, confiesa.




Una prosa con recovecos
Su escritura no presenta una estructura plana o lineal. Más bien al contrario. Tiene sus recovecos y entresijos. Es creativa y termina metiéndose en cuestiones densas y un tanto peliagudas.

Organizado en diez capítulos que empiezan cada uno con una cita bíblica, ‘El esfuerzo del perro por ser golondrina’ se presentará próximamente en la capital. Mientras, Isabel Yáñez ya prepara una nueva novela








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