La primavera acaba de tocar a la puerta pero en el Teatro Municipal de Rioja cinco personas están ya sudando la gota gorda, inmersas en su particular verano. Son Paco Calavera, Kikín Fernández, Pepe Céspedes y Alvarito Vera, la ‘Liga de la Justicia’ del humor indálico, y Nadia Torrijos, una ‘Wonder Woman’ de la comedia, paisana para más señas y flamante fichaje de ‘Veranico azul’, la obra de teatro que estrenan el sábado 5 de abril en El Ejido. “Me encanta estar con ellos y me dejo querer. Y tan contenta, me tienen con una sonrisa de oreja a oreja”, cuenta, mostrando sus credenciales con esa misma sonrisa.
Nacida en “Almería, Almería” en 1984, Nadia lleva casi media vida en la interpretación. “Siempre he sabido que quería ser actriz, lo que pasa es que esta es una profesión suicida en la que te metes siguiendo tu corazón y recibes una detrás de otra. Y tienes que aguantar estoicamente”. Confiesa que en el camino ha habido momentos de debilidad. “Hubo una época en la que pensé que no quería estar sufriendo, escuchando siempre que no”. Como le encanta la cocina, pensó en montar un negocio. Pero el destino y la vocación fueron más tozudos. “Siempre que iba a intentarlo, algo salía mal. Al final pensé que era el karma, que no le estaba poniendo todo el empeño a lo que me gustaba de verdad, a lo que sabía que era desde que nací. Decidí echar el resto y desde entonces me ha ido bastante bien”.
Atrás quedaron los años de formación autodidacta desde que se fue de casa a los diecisiete. “Empecé por la animación turística, algo que a un actor le da de comer y le permite desarrollar aptitudes”. Estuvo un año en Eurodisney y volvió a Almería, donde trabajó con Axioma Teatro y en televisiones y radios locales. Y de aquí a Madrid, para dar los primeros pasos en la pequeña pantalla. “Era una pequeña colaboración en el programa ‘Soy el que más sabe de televisión del mundo’, con Nico Abad y Javier Coronas, en los inicios de Cuatro. Gracias a aquello conocí gente que después me ha ayudado a lo largo del camino”, recuerda.
Con aquel trabajo pudo pagarse, por primera vez, algo de formación. “Vengo de una familia de clase media, normal y corriente, sin posibilidades de pagarme estudios de arte dramático. Cuando comencé a vivir de lo que me gustaba, decidí estudiar doblaje. Y aunque no aprendí mucho me sirvió para descubrir que la voz es mi fuerte”. ¿Algún papel conocido? “Trabajé en una empresa que hacía tonos de móvil y ‘yavoys’ para Movistar: hice de Lois de ‘Padre de familia’, de Marge Simpson, de Mila Ximénez y hasta de Belén Esteban”.
Y tras los nubarrones de la duda existencial, el sol resplandeciente del ‘Veranico azul’, donde será la reina entre los reyes de la risa almeriense. “Cuando vi el casting, no lo dudé; lo hice y lo pasé teta. Tenía mis esperanzas, como todas las demás chicas, y tuve mucha suerte de que me llamaran. Ahora somos una piña, una ‘family’ total”, explica con alegría contagiosa.
De la obra (“dicen que el guión es aún mejor que el del ‘ratico”) sólo adelanta una cosa. “He hecho mucha comedia y en los ensayos me cuesta aguantarme la risa”. Eso sí, que nadie piense que la preparación es un mar en calma. “Ensayamos cinco horas todas las tardes en Rioja, de lunes a viernes. Vamos contra reloj pero está siendo todo
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