El escultor almeriense Juan González Quesada (Ohanes, 1896-Cadalso de los Vidrios, Madrid, 1961), conocido como Juan Cristóbal, es el protagonista de un artículo a doble página en el número 118 de la revista ‘Eibar’. El motivo: su amistad con el pintor eibarrés Ignacio Zuloaga, a quien inmortalizó en un busto en los jardines de Las Vistillas de Madrid.
“Para mí, es el mejor escultor que ha habido en el mundo y le unió una gran amistad con Zuloaga”, relata a LA VOZ Eusebio Gorritxategi, autor del texto junto a Miguel Hurtado. Precisamente, esta publicación sirve de homenaje a Hurtado, que falleció semanas después de entregar el texto.
La revista ‘Eibar’, creada en 1952 como hoja parroquial por Pedro Celaya, suma 119 números. “Refleja la vida social y cultural del pueblo desde una perspectiva altruista, sin ánimo de lucro”, dice Gorritxategi.
En ‘Juan Cristóbal, retratista de una época’, los autores repasan la amistad entre Juan Cristóbal, Ignacio Zuloaga y el compositor Manuel de Falla. “Juan Cristóbal, que acogió su segundo nombre por su abuelo, es uno de los más ilustres escultores españoles del siglo XX, sobresaliendo, en su amplísima obra, la estatua ecuestre fundida en bronce del Cid Campeador en Burgos y, cómo no, los bustos de Manuel de Falla y de nuestro paisano Zuloaga”, escriben.
Duros inicios
El artículo recuerda que Juan Cristóbal, “disputado por Almería y Granada”, nació en Ohanes el 24 de mayo de 1896. “Fueron unos duros inicios para su madre y hermanos, ya que en 1906 su padre emigra a Argentina, abandonando a su suerte a la familia; de ahí que el incomparable escritor y sus hermanos, con su madre al frente, se instalaran en casa de su tía en Granada, donde pasó su adolescencia”.
El texto sobre el escultor almeriense detalla que inició sus estudios en el taller de Nicolás Prado Benítez y en la Escuela de Artes y Oficios de Granada y más tarde se trasladó a Madrid, con una beca del Ayuntamiento de Ohanes, para entrar como aprendiz en el taller de Mariano Benlliure, aunque su “verdadera vocación” tuvo lugar en el Museo de Reproducciones Artísticas, “donde copió a los clásicos griegos, romanos y renacentistas, como Donatello”.
El trabajo de Juan Cristóbal comienza a ser reconocido en 1917, cuando expone en el Ateneo de Madrid y obtiene el segundo premio de la Exposición Nacional de Bellas Artes. “Despuntó, por fin, en 1922, cuando logró el máximo galardón con gran éxito de crítica, siendo reconocido una segunda vez con ese premio en 1927”.
Cofundador de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, creada en febrero de 1933 en unos tiempos “en que la derecha sostenía un tono condenatorio en relación a los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo de la URSS”, Juan Cristóbal ofreció exposiciones individuales y participó en colectivas. “Destacan la exposición organizada en 1958 en la Biblioteca Nacional de Madrid, la de 1972 del Círculo de Bellas Artes -para el que había creado en los años treinta la imagen de la Sibila Casandra-, o la celebrada en el Palacio de Carlos V de Granada”.
Al final de su vida, el artista almeriense instaló su estudio en Ávila, donde trabajó hasta que murió en la cercana localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios, el 19 de septiembre de 1961.
Cuatro bustos de Ignacio Zuloaga
“Hay cuatro bustos que inmortalizan a Ignacio Zuloa
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/62649/eibar-recuerda-a-juan-cristobal