Escribir poesía puede ser una vía de escape, un modo de evadirse. El verso entendido como una forma de recrearse en las cosas bellas de la vida exenta de cualquier función social. Para otros, sin embargo, es una herramienta para sacudir conciencias, “un arma cargada de futuro, como decía el bueno de Celaya”.
Simón Hernández Aguado (Carboneras, 1991) cita a Gabriel Celaya, uno de los máximos exponentes del movimiento español de los años 50 y 60 denominado poesía comprometida o social. Salvando las distancias con aquel grupo de poetas que intentó cambiar un mundo dominado por la tiranía de la dictadura franquista, el joven almeriense también se inspira en la injusticia y la defensa de los más débiles para componer su universo lírico.
Con tan sólo 22 años, ha publicado dos libros en solitario: ‘Si los coches hablaran’ y ‘No hay nadie en el espejo’. Ambos han visto la luz con la editorial ejidense Círculo Rojo. También es coautor de ‘Un espacio. Dos tiempos’ junto a Antonio Monzonís Guillén y ha colaborado en ‘Lorca 11. La noche más larga’ a beneficio de los damnificados por el terremoto que arrasó el municipio murciano en 2011.
Desahucios y corrupción
‘Si los coches hablaran’, su último título, nace de “un periodo de tiempo donde todos los días echan a personas humildes de sus casas, donde se le tocan las palmas a los grandes agentes financieros de nuestro país, donde la política poco tiene que ver con aplicar la ética a la sociedad”, explica.
Personalidades tan diversas como el poeta Fernando Valverde, el empresario, profesor y comunicador Pau García-Milá y la presidenta de la Asociación Foro Ético, Beatriz Talegón, han valorado de forma positiva la publicación y han coincidido en señalar el horizonte de esperanza que en ella se vislumbra.
“Si no creemos en el poder de las personas, la paz nunca ganará su guerra. Además todo esto surge en el contexto de que la poesía tiene que mancharse de barro, tiene que estar con la gente y dejar de ser algo considerado por los dioses de la literatura como un privilegio para empezar a ser tratada como un arma cargada de futuro por la sociedad. ‘Si los coches hablaran’ habla de mantener la esperanza viva”, asegura Hernández Aguado.
Carboneras, la tierra natal de esta voz joven, tiene su reflejo en lo que escribe. “Claro, ocupa un lugar en mi corazón y, de hecho, en esta obra dedico una parte a su bicentenario”, expresa.
Graduado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Politécnica de Cartagena, estudió un máster de Administración y gestión de entidades de economía social y se ha especializado en el sector pesquero. Fruto de esa labor, ha confeccionado el trabajo ‘Hacia una pesca socialmente responsable’. A su juicio, aunque pueda parecerlo, la empresa y la literatura no son antagónicas. “Si pensamos en el emprendedor por excelencia a todos se nos viene a la cabeza Steve Jobs, un hombre que siempre quiso buscar en el mundo de la empresa una gota de poesía”, reivindica.
Centrado en su próxima gira poética -que lo llevará por Valencia, Madrid, Granada, el País Vasco y Almería-, Simón sigue pensando en su experiencia editorial “como el niño que espera a los Reyes”.
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