El talent show de Telecinco ‘Pequeños Gigantes’, presentado por Jesús Vázquez, vivió anoche la gran final entre las ‘Pandillas’ Los Pequeños Guerreros, con Lili Hergueta, y Los Rebeldes, con Adrián Rodríguez.
El jurado, integrado por la actriz y cantante Angy, Jorge Cadaval, humorista de Los Morancos; y Melody dieron como ganadores a la Pandilla integrada por la almeriense Triana, de tan solo cinco años de edad y que cumplió dentro del programa, participando dentro de la sección de Talentos; Aarón, cantante de 12 años; y los bailarines Ariadna, de 10 años; y Felipe, con 9 años, de Barcelona y Madrid, respectivamente; estando capitaneados por el cantante y actor Adrián Rodríguez, de ‘Chiringuito de Pepe’, entre otras series, que actuó como Padrino.
“La final la hemos vivido muy nerviosas, porque la Pandilla de mi hija Triana compitió con el grupo Pequeños Gigantes, que ha estado primero durante todas las galas y nosotros siempre hemos ido por detrás. Cuando le dieron los puntos extras a nuestro equipo, no nos lo podíamos creer. Triana se puso muy feliz y contenta, hay que tener en cuenta que es muy pequeña, pero, tanto mi madre como yo, no parábamos de llorar, súper emocionadas, al igual que los padres de los compañeros de mi hija”, señala Isa Guerrero.
Los inicios
La vena artística le viene a Triana de su abuela. “Tengo vídeos donde mi madre con un año ya cantaba por la Pantoja”, indica. Todo comenzó cuando Isa vio el anuncio en televisión y decidió enviar un vídeo. “Nada más recibirlo me llamaron para indicarme que se presentará al casting de Sevilla. No creíamos que pasaría el siguiente, en Madrid, donde se presentaron más de nueve mil niños ”, rememora la madre de Triana.
Han sido dos meses viviendo en Madrid para la realización del programa de Telecinco. “Ha sido gracias a mi madre que ha estado los dos meses con ella. Yo solo iba los días de grabación, que me daban permiso en el trabajo”.
Personalidad de Triana
Es una niña muy inteligente, “muy buena y cariñosa, pero también nerviosa. En el plató es muy buena y obediente, pero detrás es un torbellino. No sabe leer y cada viernes le daban un folio para que se lo aprendieran hasta el lunes. Al ser tan pequeña, mi madre le iba leyendo la canción hasta que se lo aprendía. Eso lo hacía, tan solo, los domingos por la tarde y hasta los profesores se sorprendían al ver su capacidad”, concluye Isa.
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