La Galería Acanto rinde homenaje a un artista almeriense internacional, Federico Castellón

Hace seis años, en 2008, la Galería Acanto de la capital recibió a alguien con una propuesta muy especial. Aquella señora con acento extranjero y decía pertenecer, en su precario español, a la familia de un almeriense nacido en Alhabia que tuvo que emigrar con apenas siete años a Estados Unidos y que era reconocido como un gran artista en América.

Aquella mujer era Elisa Castellón, sobrina de un ilustre pintor, escultor y grabador (entre otras disciplinas), prácticamente desconocido entre sus paisanos hasta entonces y que, según comentaban sus familiares, tenía como sueño regalar algo de su arte a la tierra que le vio nacer.

“Sinceramente, no conocíamos la obra de Federico Castellón y la verdad es que nos sobrecogió”, comenta Emilio Fernández, responsable de la galería. “Fue emocionante descubrir la figura y la obra de Castellón”, reconoce.

Lo que se les presentó delante no era otra cosa que el trabajo de la vida de un creador que había expuesto en vida junto a Picasso o Dalí en París, en el MOMA de Nueva York o en el Museo Reina Sofía de Madrid. La obra de un artista genial con amplios reconocimientos especialmente en Estados Unidos, donde era reconocido como una referencia con una brillante trayectoria como pintor, grabador y litógrafo así como un extraordinario docente.

Seis años más tarde
Tras estudiar el trabajo que presentó Elisa Castellón, desde Acanto decidieron hacer un esfuerzo dar a conocer la figura del artista entre sus paisanos. Aquel año se inauguró una exposición que resultó todo un éxito y que ha tenido su réplica este pasado viernes. 

La Galería Acanto vuelve a recoger grabados, dibujos y escritos personales de Federico Castellón en un espacio en el que contrasta la modestia de su amplitud con la grandiosidad de lo que recoge en sus paredes.

“Estamos muy satisfechos con la calurosa acogida de la exposición”, afirmaba Emilio Fernández durante la inauguración, el viernes. “Nos alegra mucho ver una afluencia de público así después de tanto trabajo”.

Unido a Almería
Pero sin duda, la figura esencial y el eje vertebrador de este redescubrimiento de Castellón ha sido su sobrina, Elisa Castellón. Elisa sintió desde siempre una devoción casi reverencial por su tío. “Es el orgullo de toda la familia”, explica. 

Los Castellón después de salir de Alhabia se criaron en Nueva York pero, tal y como marca el estilo de vida americano, a día de hoy se encuentran diseminados por distintos puntos de la geografía estadounidense. “Unos estamos en Washington, otros en la Florida... Pero tratamos de reunirnos muy a menudo”.

Destaca, ante todo, sus raíces: “Nos sentimos muy almerienses, tratamos de conservar las tradiciones”, y explica, “todos sabemos hacer migas en nuestra familia y solemos hacerlas cuando tenemos reunión”.

Su sueño
“Comenzamos con este proyecto para cumplir el deseo que siempre tuvo mi tío”, relata Elisa. “Siempre soñó con regalar algo de su arte a la gente de su tierra”.