A los 28 años, Antonio Muñoz Paredes era un joven más. Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Almería, amante de la cultura italiana y colchonero de corazón, no fumaba, bebía lo normal para un chico de su edad y jugaba al fútbol a diario. Sin embargo, la mañana siguiente al día de Reyes de 2010 le diagnosticaron leucemia.
Se confirmaba así el peor de los temores que daba vueltas en su cabeza debido a los síntomas que venía notando: no digería bien los alimentos y se cansaba haciendo el mínimo esfuerzo. “Había ido al médico y el apellido que le puso a la anemia que padecía, hemolítica, no me gustó nada. Sabía que significaba que mis glóbulos rojos se estaban rompiendo”, confiesa.
En ese momento, este joven criado en la Plaza Pavía inició una carrera de fondo con final feliz. “En 2010 me pasé todo el año, excepto tres meses, metido en una cama entre Torrecárdenas y el Hospital Universitario Reina Sofía de Madrid; 2011 fue horrible porque las defensas que había recibido no reconocían mi intestino grueso y no digería los alimentos y, por fin, en 2012 empecé la recuperación y el médico me permitió ir al gimnasio para recobrar mi masa muscular”, explica.
En una de esas sesiones de gimnasio fue donde Muñoz Paredes se dio cuenta de la desinformación que había en torno a su enfermedad. “La gente empezó a preguntarme por los síntomas y por cómo se hacía el trasplante, algunos no sabían ni qué era la médula ósea”, recuerda.
Sí se puede
Con el objetivo de demostrar que el cáncer sí se puede superar, el almeriense decidió contar su caso en un libro que muchos meses de trabajo después vio la luz con el título ‘Crónica de una leucemia’ (Círculo Rojo, 2014).
La obra, cuyos beneficios van destinados a la Fundación Carreras, recoge testimonios de otros afectados por esta enfermedad, conciencia sobre la importancia de donar médula ósea y propone alimentos que contribuyen a prevenir el cáncer.
Un factor clave en la recuperación de Antonio fue el hecho de que encontró a un donante compatible en Alemania. “Si no hay nadie en el ámbito familiar, se debe tirar de una red internacional en la que tampoco es fácil hacerlo. Existe un donante compatible por cada 40.000 habitantes, es como buscar una aguja en un pajar. Encontrar a un donante lo fue todo para mí, supuso un apoyo psicológico enorme”, indica.
Según la Fundación Carreras, sólo un 0,2 por ciento de la población española dona médula ósea. Una cifra a todas luces baja que este joven atribuye al desconocimiento de lo mucho que se ha avanzado en este sentido. “Ahora no entraña riesgos”, asegura.
Otro dato sobre el que el autor invita a reflexionar es lo que costaría un trasplante de médula en caso de que no existiese la sanidad pública: 150.000 euros. “Una cantidad que hoy en día pocos se pueden permitir”, apunta.
En ‘Crónica de una leucemia’ se aborda cómo ciertos alimentos ayudan a prevenir el cáncer o, en caso de que se desarrolle, contribuyen a superarlo por su alto contenido antioxidante. Son básicamente cuatro: el té verde, la granada, el brécol y el aguacate. En este tema, el joven aconseja la lectura de una obra más específica, ‘Mis recetas anticáncer’ de la doctora Odile Fernández.
A sus 33 años, Antonio Muñoz Paredes no es un joven más. La vida lo ha llevado a hacer un máster en una enfermedad de la que hubiese preferido no saber nunca nada, pero que le ha permitido conocer a personas fantásticas. Ya curado, sus sueños se han hecho realidad: volver a casa y recuperar su día a día.
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