Megan Maxwell llega a El Ejido con su nuevo libro

La autora estuvo acompañada por sus seguidoras almerienses, ‘Las valquirias de Megan’

Megan Maxwell junto a sus seguidoras almerienses.
Megan Maxwell junto a sus seguidoras almerienses.
Evaristo Martínez
21:57 • 09 mar. 2015

Sus seguidoras, en honor a una de sus sagas, se hacen llamar guerreras, una comunidad que supera las 35.000 usuarias en la red. Como tales, defienden con pasión sus historias, novelas que transitan por lo romántico o lo erótico, según la ocasión. Y ella les corresponde escuchándolas y ofreciéndoles encuentros casi familiares, poco habituales para quien ha llegado a despechar 300.000 ejemplares de una de sus trilogías, ‘Pídeme lo que quieras’, nacida al abrigo de ‘50 sombras de Grey’, éxito al que llegó a desbancar.




Megan Maxwell, autora española de referencia en la ‘chick lit’ (novelas románticas dirigidas fundamentalmente a mujeres urbanas y jóvenes), visitó la pasada semana el Teatro Auditorio de El Ejido de la mano de Kuver Producciones para presentar su última novela, ‘Sígueme la corriente’. Lo hizo arropada por sus seguidoras almerienses, ‘Las valquirias de Megan’, que forman un club de lectura con sede en la cafetería Spainow de la capital. 




Una de las claves de su éxito está en el tipo de heroína que habita en títulos como ‘Deseo concedido’ (primera entrega de ‘Las guerreras Maxwell’), ‘Melocotón loco’ y ‘Los príncipes azules también destiñen’. “Son mujeres que destacan por la fuerza con la que se enfrentan a la vida y la cabezonería que emplean hasta conseguir algo. Como mi madre o como yo, no se quedan en el sillón esperando a que se lo den todo hecho sino que tiran para delante. Tampoco son perfectas, como no lo son los hombres”, explica a LA VOZ.




Consejera
Con más de una veintena de títulos en el mercado y un público que va “desde los diecisiete hasta los ochenta y tantos años”, Megan Maxwell (seudónimo al que no piensa renunciar) se ha convertido en una consejera para parte de sus lectoras. “Tuve que habilitar un apartado de correos en el pueblo de Madrid donde vivo. Me mandan cartas, regalos... Sé que mis novelas han ayudado a algunas mujeres a salir de una depresión y que les ha dado fuerzas para decidirse a hacer cosas que no se habían atrevido, y no me refiero al sexo. No es algo que me plantee sino que surge de forma natural”, dice.




Tras una exitosa gira por Latinoamérica (“nuestro género está considerado algo de segunda categoría en España”, afirma), el cine ya ha llamado a su puerta. “Una productora se interesó en ‘Pídeme lo que quieras’ pero no hubo acuerdo. Pero si hubo una propuesta y un guión seguró que volverá a pasar”, afirma. 







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