La Hermandad del Rocío de Almería se presentó ayer, a las ocho de la tarde, ante la Hermandad Matriz de Almonte, un acto con el que se da inicio oficial a la Romería del Rocío y con el que los romeros almerienses han arropado, en un número muy destacado, a la carreta con el Simpecado, tirada por bueyes, entre cantes y vivas a la Blanca Paloma.
La comitiva, presidida por el consiliario de la Hermandad y párroco de la iglesia de San Pedro, Esteban Belmonte; y el hermano mayor, Francisco Marín Lupión, lo hicieron acompañados por la Hermandad del Rocío de Garrucha, con su nuevo hermano mayor a la cabeza, José Carmona Visiedo; y la Hermandad de Santander, además de numerosísimos almerienses, que lo hicieron a pie y a caballo.
La casa hermandad Desde la capilla que la hermandad posee en la aldea almonteña, partió la comitiva hacia la basílica que acoge a la Reina de las Marismas y donde la Hermandad Matriz de Almonte recibe a cada una de las 116 hermandades filiales.
La carreta con el Simpecado de plata y oro sobre terciopelo verde, adornada bellamente para la ocasión, portaba, como lo viene haciendo desde hace veinticinco años, la imagen de la Patrona de Almería, la Santísima Virgen del Mar.
La gran devoción en la provincia hacia la Virgen del Rocío, hace que cada año sean muchos los almerienses que se desplazan hasta la Aldea de Almonte para vivir con intensidad una de las romerías más multitudinarias, unos haciéndolo a pie o desplazándose en distintos vehículos.
El camino El pasado fin de semana la Hermandad de Almería hizo su despedida ante la Virgen del Mar, San Indalecio y Nuestra Señora de la Soledad, para iniciar su camino que les ha llevado hasta el Rocío.
Son muchos los municipios que visitan los almerienses. Uno de los más esperados y destacados es el que hacen en Villamanrique de la Condesa, donde son recibidos entre aplausos, vivas y cantos a la Reina del Rocío.
En la provincia almeriense, se vive otro momento cargado de emoción, como es la recepción que los fiñaneros le realizan a los romeros almerienses.
Tras visitar a la Hermandad de Coria del Río, los rocieros almerienses inician su camino a pie desde Benacazón, en el aljarafe sevillano.
El río Quema, un año más ha vuelto a ser el lugar donde han sido bautizados los nuevos rocieros.
El paso por la Raya Real marca la llegada a Palacio, donde la noche es especial para los rocieros almerienses que acompañan a la hermandad en su camino.
El jueves, continuó por la Raya Chica, para llegar hasta el puente del Ajolí, donde se incorporaron numerosos almerienses, que les esperaban para hacer la entrada en la Aldea, para llevarlos, cansados, pero cargados de devoción y emoción, hasta la casa hermandad.
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