Añoranzas de los emigrantes almerienses   del Siglo XX

Agosto será un mes de nostalgias y recuerdos para los almerienses. Costrumbres y tradiciones, pensamientos... vestigios de l pasado quedarán reflejados en la exposición  del fondo  La Casa de Almería y de las Alpujarras en Madrid que abrirá sus puertas los próximos 30 días en  el Patio de Luces de la Diputación Provincial.  Hablamos de documentos, obras recogidas  en la Casa de Almería en Madrid que se convirtió en refugio de las nostalgias de los almerienses  de mitad del siglo pasado que en la capital de España añoraban el cañillo de la Puerta Purchena o  su Virgen del Mar. Emigrantes que según Mª Dolores Durán; Comisaria de la exposición y autora del libro-catálogo, “se agruparon en torno al recuerdo de su tierra natal constituyendo de paso una avanzadilla almeriense en el centro neurálgico de la nación”.

Vestigios Durante aquella época se realizaron centenares de actividades entre ellas: celebraciones con cantes y bailes regionales, conferencias, degustaciones, presentaciones, distinciones a almerienses ilustres, exposiciones de pintura y artesanía, edición de revistas, representaciones de nuestra provincia en eventos nacionales... Todas y cada una constituyeron unas experiencias vitales para centenares de almerienses que de forma muy directa las vivieron muy intensamente y sin duda contribuyeron a potenciar nuestra tierra.  

El cambio social que nos ha traído el siglo XXI fue minando la fuente de ingresos y por ende provocando una asfixia de la Casa de Almería, lo que llevó un recorte paulatino de actividades y una lenta agonía, paralela a la del resto de  instituciones regionales de semejante corte. 

Mirada Para asomarnos a la Casa de Almería en Madrid hay que salir primero del mundo globalizado en el que estamos inmersos desde hace un cuarto de siglo y viajar en el tiempo a la Almería de mitad del siglo pasado, una ciudad dormida, completamente aletargada, en la periferia de cualquier enfoque (político, económico, administrativo, cultural...) y sometida a la emigración forzada hacia tierras catalanas, sudamericanas, alemanas, francesas… 

Sin embargo, el entorno de La casa de Almería en Madrid es algo diferente, ya que los almerienses que se trasladan a Madrid en la segunda mitad del XX no buscan trabajar en la vendimia o en las fábricas textiles, sino que en su mayoría son profesionales cualificados, funcionarios de alto nivel o descendientes de familias nobles almerienses, aunque también se debería incluir a centenares de trabajadores que acudirían a las poblaciones limítrofes madrileñas en busca de un trabajo que no lo había en su tierra.  En 2013 se disolvió la asociación,  y con ella una entidad que nació en 1963 y que aglutinó a los almerienses emigrados a Madrid desarrollando una labor de de cohesión y de mantenimiento de lazos culturales con la provincia. Es por ello que la Comisión Liquidadora se dirigió a la Diputación de Almería para  cederle dicho patrimonio.

Compromiso El Pleno de la Diputación en 2014, aceptó la donación del fondo de bienes histórico artísticos, integrado por 42 obras de arte y el archivo documental de la entidad. Por lo tanto, con esta exposición, la Diputación Provincial cumple un doble compromiso; por un lado,  mostrar a la sociedad almeriense este fondo y por otro, agradecer a la Comisión Liquidadora su gesto de responsabilidad haciendo que las obras formen parte del patrimonio de todos los almerienses.

La muestra, recoge (además de un libro-catálogo que acerca al visitante a lo que era y realizaba la Casa de Almería) una parte de ese patrimonio pictórico, mostrando desde autores incipientes que querían asomar su pintura por la capital de España a otros que tienen un renombre en el panorama artístico local o incluso nacional. Pero al margen de la temática o valía pictórica, en cada uno de los cuadros expuestos hay que ver un terrón de nuestra tierra, cuando los 550 kilómetros de Almería-Madrid eran mucho más que eso, eran dos mundos pésimamente comunicados, pero donde esos madrileños-almerienses querían seguir unidos a través del cordón umbilical que era la Casa de Almería y donde la sangre materna la constituía el vino de Laujar, las peteneras y el popular si vas pala mar.