Juan Pablo Seijo: “Paulo Coelho ha hecho mucho daño”

-Madrileño afincado en Almería, ¿un almeriense más?
-Sí, total. Por convicción y porque mis hijos son de aquí. Estoy muy orgulloso y soy muy crítico también.

-Veamos, dime ocho apellidos almerienses…
-(Risas) Verdegay, Amat, Casinello, Monterreal, Soler, ¿Drop vale como apellido?, Blanes, Del Águila, De la Cruz y Maleno. ¡Te he dicho más!

-Para cerciorarnos del todo, tres tapas de por aquí…
-(Risas) Cherigan, champiñón del Puga y cualquier cosa que pase por la plancha del ‘Lengüetas’.

-Cambiando de tercio, eres un experto en nuevas tecnologías. ¿Cómo estamos “de eso” por aquí?
-Antes se veía como una tendencia y hoy es ineludible, pero va calando a un ritmo lento en las empresas de Almería, que mayoritariamente son de producción. Lo digital está más orientado al cliente final.

-¿Por qué la gente se ‘desnuda’ tanto en las redes sociales?
-Si se cae Facebook se llenarían las consultas de los psicólogos y se volvería a hablar con las abuelas (risas). Se desnudan por la búsqueda de reconocimiento y endorfinas y también por pura inconsciencia. 

-Sorprenden las compras multimillonarias de empresas como WhatsApp...
-Tiene usuarios y atención, que es la moneda de cambio. Facebook ha comprado esa atención. Igual sucede con Google, que compró Youtube, cuando tenía su propio servicio de videos. Por cierto, Youtube es deficitario pero se trata del segundo buscador del mundo y hay una serie de ‘youtubers’ cuyos videos tienen más ascendencia sobre nuestros hijos de lo que tenían Leticia Sabater o Xuxa. Mañana ‘Rubius’ dice que votemos a Podemos y todos a la calle a quemar coches (risas).

-Hay empresas con contenido o servicios que generan los propios usuarios: Facebook, Uber, Airbnb... ¿cambio de paradigma?
-Hay dos cambios de paradigma: las herramientas de producción se han democratizado y por otra parte disfrutamos de la facilidad de compartir; la información ya no la controla un medio. 

-La punta de lanza en la investigación científica y médica está en empresas y no tanto en las instituciones, como antes...
-Son los ‘geeks’, que tienen mucha pasta. Deciden investigar porque pueden hacerlo. Sergey Brin, de Google, descubrió que tenía tendencia genética a adquirir Parkinson y, como tiene dinero y tecnología, se puso a investigar, haciéndolo además rentable. 

-Decía hace unos días el filósofo Charles Taylor que “las personas no tienen claro hoy el sentido de la vida”.
-Una vez que te das cuenta de que la vida no tiene sentido todo cobra sentido. En serio, el universo no tiene un plan para cada uno de nosotros, darse cuenta es liberador. Tardaremos décadas en sanar el daño que ha hecho Paulo Coelho a la Humanidad (risas).

-Eres padre, ¿qué has descubierto en esta etapa?
-El sentido de la vida (risas). He encontrado el amor absoluto e incondicional y el miedo más atávico. Descubro más sobre mí que sobre ellos.

-¿Cuánto le debemos a Bisbal en Almería?
-Estoy orgulloso de que nos represente, pero hay que encontrar algo diferente. Tengo la impresión de que muchos quieren que juguemos la Champions, pero en mi opinión nos tenemos que especializar en nichos, en algo diferente.

-¿Cuál es tu lema en la vida?
-Quizá tendría que ver con la capacidad de adaptación. Me gusta una cita del escritor Terry Pratchett: “solo en sueños somos libres, el resto del tiempo dependemos del presupuesto”.

-¿Tu gran maestro?
-El abuelo de mis hijos, Emilio Martínez Llamas. Me gustaría parecerme a él.

-¿Algún tirón de orejas a los políticos?
-(Risas) Todos. Que vuelvan a recordar para quién trabajan. Para mí y para ti. Por suerte, desde el 15-M se volvió a hablar de política y no de partidos.