Bajar la persiana de un negocio es siempre un trance amargo. Pero si además se trata de una librería que ha significado tanto para el panorama cultural de una provincia como Almería -que no se caracteriza precisamente por su alto índice de lectura-, el momento puede complicarse hasta límites insospechados.
Más de una treintena de nombres propios de la cultura y amigos de Sintagma se presentaron ayer por sorpresa en el establecimiento, en la Plaza Mayor de El Ejido, para acompañar a Manuel García Iborra y Matilde Gómez, sus dueños, en la difícil tarea de echar la persiana de forma definitiva desde que la subieron por primera vez en el año 2002.
Aunque la noticia del cierre trascendió a mediados de julio, la fecha para abandonar el local era el 31 de agosto. A eso de las 13.30 horas, comenzaron a entrar en la librería el ilustrador Santiago Girón, la fotógrafa Toñi Indalecio, representantes del mundo del teatro aficionado del municipio, políticos como Manuel Pérez y Belén Navarro, técnicos del área de Cultura del Ayuntamiento y muchos ciudadanos anónimos. “Ha sido algo emotivo y sencillo en el que ha primado la sensación de que queremos seguir siendo participativos con la cultura”, apuntaba a LA VOZ un asistente.
Quizá por las numerosas recomendaciones literarias que Manuel García Iborra ha hecho a lo largo de los trece años de existencia de Sintagma, los participantes en este improvisado homenaje llevaron libros adquiridos allí para que sus dueños se los dedicasen. Un gesto cargado de simbolismo al que el alma máter del establecimiento reaccionó comentando con humor que si bien es un pésimo escritor, las dedicatorias no se les dan nada mal.
“Lo peor han sido los últimos días, cuando llegaban personas cercanas y las notabas muy emocionadas; entonces se te encogía el corazón”, reflexionó García Iborra ante los presentes.
Pese a que se escapó alguna que otra lágrima, la sorpresa de ayer hizo posible que los últimos instantes de la emblematica librería se vivieran con cierta alegría. La normal cuando se tiene la certeza de haber contribuido a fomentar la lectura y dinamizar la vida cultural del Poniente y de la provincia.
Brillante trayectoria
A lo largo de los trece años que ha permanecido abierta, Sintagma ha recibido varios galardones, entre los que destacan el premio a la Mejor Librería Cultural que concede el Ministerio de Cultura en 2007, el accesit al Mejor Pequeño Comercio del Ministerio de Industria en 2009, el CAL de Plata al fomento de la lectura de la Junta de Andalucía y el premio Poniente en la categoría de Comunicación que otorga LA VOZ.
Su actividad estrella han sido los Premios Sintagma, que han contribuido a dar a conocer a autores de Almería. Tal es el caso de Miguel Ángel Muñoz, distinguido por ‘La canción de Brenda Lee’, o Carlos Maleno, por la novela ‘Mar de Irlanda’.
Ana María Matute (‘Olvidado rey Gudú’), Rafael Chirbes (‘Crematorio’) y Fernando Savater (‘Ética para Amador’) son algunos de los nombres propios de la literatura que han visitado El Ejido gracias a su fantástica labor.
Dos aperturas, un cierre
El año 2015 deja en la provincia la apertura de dos librerías y el cierre de otra. En marzo se ponía en marcha en la Rambla de Almería, frente al Colegio La Salle, Bibabuk. Un establecimiento de cuatro plantas dirigido al público en general. Un mes más tarde, en el centro de la capital, junto a la Plaza de San Pedro, empezaba a funcionar The Good Dragons, especializado en libros en inglés para los más pequeños de la casa. Ayer cerraba sus puertas en El Ejido Sintagma. Son la cara y la cruz de un sector que atraviesa dificultades.
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