Hablando como en un café de París. El Club Culturel Français celebra su segundo aniversario

Romain Lukaszewski, impulsor de la iniciativa, destaca el creciente interés de los almerienses por este idioma

Celebración del segundo aniversario del Club Culturel Français, que se reúne cada miércoles.
Celebración del segundo aniversario del Club Culturel Français, que se reúne cada miércoles.
Evaristo Martínez
01:00 • 07 oct. 2015

Cada miércoles, un grupo de almerienses convierte un céntrico café de Almería en un local que bien podría estar en París, Toulouse o Burdeos. En torno a la mesa, entre cañas, tapas y cafés, hablan de la última película que han visto, de cómo está el país o de lo que harán el fin de semana. Un encuentro entre amigos que sólo debe seguir una norma: hay que hablar en francés en todo momento.

“Cada uno se sienta con quien quiere y aceptamos gente de todas las edades. No propongo ningún tema sino que busco que sea espontáneo, como si fuera una charla en un café cualquiera”, explica Romain Lukaszewski, quien actúa como ‘gendarme’ en estas citas para velar por que nadie hable en castellano.

Afincado en Almería desde julio de 2012, este joven filólogo, natural de Lille, es el fundador del Club Culturel Français, que nació al verano siguiente. En agosto cumplieron por tanto dos años, que han celebrado recientemente, con tarta y velas incluidas, en el Café Cyrano, su sede actual. “Es nuestro cuartel general y estamos encantados por el trato que nos dan. Además, el nombre y su estética se adaptan muy bien a lo que hacemos”, cuenta.

El proyecto de crear un club de conversación viene de tiempo atrás, cuando Lukaszewski trabajaba en Francia como intérprete de lengua de signos. “Enseñaba francés a niños sordos y un día decidí juntarlos con oyentes que hablaran lengua de signos para tomar un café. Así fue cómo surgió la idea”.

El Club Culturel Français empezó con unas dieciséis personas, en la segunda cita ya eran veinticinco y una semana después se reunieron cuarenta. Desde entonces han pasado más de cuatrocientas personas : cien de ellas siguen conectadas a través de un grupo de WhatsApp y más de quinientas son seguidoras de su página en Facebook. Incluso han desarrollado otras actividades como talleres de cocina en francés o visitas turísticas a rincones de la ciudad, como los Refugios de la Guerra Civil o la Alcazaba, en la lengua de Victor Hugo.

En estos años, Romain Lukaszewski ha notado una creciente pasión por el francés en Almería, algo motivado también en parte por su regreso a los colegios como segundo idioma. “Ha habido una gran evolución. La gente tiene que aprender inglés por obligación pero al francés se suele llegar por gusto. Es un idioma bonito y una cultura que atrae”, dice. Como con cualquier idioma extranjero hay dificultades aunque salvables. “Es una lengua latina, tiene la misma raíz que el español. La gramática sí es complicada una lengua se aprende hablando y cometiendo errores. Por eso, lo importante es que la gente no tenga miedo”.
 




Un ‘embajador’ en Almería de su país
“Cuando un padre me dice: quiero que mi hijo aprenda francés y que tú le des clase, me llena de orgullo”, confiesa Lukaszewski, quien se considera un ‘embajador’ de Francia. “La gente me relaciona con el idioma y nuestra cultura: este reconocimiento es el mejor agradecimiento posible”.










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