La fiebre del cine llega a la boda de Antonio López y Mari Paz Vázquez

La incorporación de las bodas civiles al catálogo de celebraciones sociales ha permitido a su vez la ampliación del abanico de posibilidades y escenarios para este acto. Lo de escenarios cuadra perfectamente con la opción elegida por Antonio López Céspedes y Mari Paz Vázquez, que se fueron al ‘salvaje oeste’ a unir sus vidas, los decorados cinematográficos de estilo western más grandes de Europa, Fort Bravo, en Tabernas. 
Una boda ‘de cine’ porque la ceremonia se celebró en la iglesia mexicana del poblado que ha visto decenas de rodajes del western, pero también porque a las puertas del templo les esperaban una banda de pistoleros que descargaron sus armas al aire dando bienvenida a la joven pareja.
En un carruaje histórico
Hasta la iglesia llegaron en una auténtica joya, una ‘carretela española’, un carruaje histórico que forma parte de los tesoros que guarda celosamente Rafael Molina, propietario y gerente de Fort Bravo. Elegante, tirada por cuatro caballos y con los resplandecientes contrayentes a bordo, fue la mejor rentré posible para esta atípica boda.
La ceremonia sencilla y emotiva, presidida por la concejala de Tabernas, Mari Nieves Jaén, dio paso a un auténtico despliegue cinematográfico con los especialistas de Fort Bravo que escenificaron ante los sorprendidos invitados una de esas peleas en las que los puñetazos, los tiros y las chanzas son parte elemental. Un espectáculo sazonada con gran sentido del humor por unos especialistas con dilatada experiencia.
El novio se mostraba encantado con la boda 'diferente'. Opción que surgió de su relación con Rafael Molina, convertido en maestro de ceremonias. Boda que comenzó a las 7 de la tarde y se prolongó hasta la madrugada.
Desde el brillante inicio con la llegada de los novios en la Carretela, hasta la curiosa aparición del novio, con su aparición en el espectacular salón del poblado del oeste, perfectamente caracterizado como uno más de los pistoleros, animando la fiesta.
Los invitados asistieron encantados a cada una de las actividades programadas por la empresa para recrear una boda con sabor a película, donde los protagonistas fueron los novios, y en la que los invitados ejercieron como espectadores del shown al más puro estilo western.