Patrick Wayne: “Al final de su vida mi padre demostró ser un valiente”

Quizás no sea la presencia más estelar que haya pasado por ‘Almería en Corto’ pero por sus venas galopa la sangre de aquel icono del cine que quiso que su epitafio rezara: ‘Feo, fuerte y formal’. No hay duda de que el primer adjetivo no va con él pero sí recuerda a su padre en su metro ochenta y cinco de altura y en la medida -y educada- concreción de sus respuestas. 

Pero si de algo habla con orgullo Patrick Wayne, mucho más que de sus setenta apariciones en cine y televisión, es de la labor que desarrolla a través del John Wayne Cancer Institute, creado tras el fallecimiento de su progenitor. “La gente tiene la imagen de que fue un hombre valiente y realmente demostró serlo en las últimas seis semanas de su vida, cuando sufrió mucho y no podíamos hacer nada por él”, explica el protagonista de ‘Simbad y el ojo del tigre’ en una entrevista a LA VOZ.

Fue entonces cuando Wayne decidió probar algunos tratamientos experimentales en la lucha contra el cáncer. Su deseo es que si salía vencedor, si derrotaba al mal como tantas veces había hecho frente a villanos de celuloide, trabajaría a favor de la ciencia. No fue así y sus hijos decidieron entonces tomar el testigo a través del John Wayne Cancer Institute.

“Si a mis hermanos y a mí nos dijeran que 37 años después mi padre seguiría siendo la celebridad que es hoy, el reconocimiento que tiene, no nos lo hubiéramos creído. Sin embargo, la concienciación que tenemos respecto a esta enfermedad es la misma ahora que antes”, detalla.

Esta faceta solidaria le alejó de las cámaras pero recuerda con nitidez los años del Hollywood dorado, cuando su padre y John Ford desafiaron a la industria y contribuyeron a acabar con el sistema “monolítico” de los grandes estudios. Y aunque asegura que el protagonista de ‘Centauros del desierto’ no era proclive a dar consejos nunca ha olvidado uno. “Si no sabes montar a caballo no tienes nada que hacer en este negocio. ¡Así que aprende!”, recuerda con una sonrisa en la que brilla la rocosa nobleza de ‘El Duque’.