La Dolorosa llenó las calles de silencio y oración

Ya huele a incienso y cera en las calles de Garrucha. Multitud de persona esperaban el viernes la salida de su Virgen de los Dolores, a la que el pueblo le tiene una grandísima devoción. El desfile procesional fue un auténtico Vía Crucis que llenó las calles de silencio y oración en cada una de sus estaciones.

Salió del Templo Parroquial de San Joaquín y durante su recorrido fue emotiva la parada para recibir un hermoso ramo de flores que le entregó la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de la localidad, en la plaza donde está ubicada la estatua en mármol de esa advocación mariana.

En la cuarta estación tuvo lugar el solemne encuentro con el Santo Cristo de la Expiración, continuando su Vía Crucis hasta la Casa de Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. En otro orden de cosas,y en una hermosa mañana primaveral, desde primeras horas del domingo se fueron acercando gran cantidad de personas hasta la Plaza de Pedro Gea, junto a la puerta de la Ermita de la Virgen del Carmen, patrona de la localidad. Allí recogieron sus palmas y ramas de olivo, que una vez bendecidas dieron ese aire de júbilo como es la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

El paso de la Borriquita está formado por Jesús en su entrada a Jerusalén en un asno y María Santísima de los Ángeles. Es una procesión que suele congregar a muchos niños con sus palmas, algunas de ellas muy sofisticadas. Todas las hermandades y cofradías de la localidad participaron en dicho desfile. Al finalizar el mismo, en el Templo Parroquial tuvo lugar la Santa Misa con la tradicional lectura del Evangelio de la Pasión.