Una solemne procesión de la Cofradía de las Angustias

La Compañía de María volvió a ser, un año más, desde donde la Real e Ilustre Congregación Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de las Angustias efectuó su Estación de Penitencia hasta la Catedral de la Encarnación y posterior carrera oficial hasta el Paseo de Almería, de regreso hasta el patio de la comunidad de religiosas de la Rambla Obispo Orberá.

Un gran número de nazarenos han formado un cortejo que abrió la Cruz Guía, uno de los ricos enseres que atesora y conserva de la cofradía.

El paso de la bellísima imagen del Cristo de la Buena Muerte, dirigido por sus capataces, Benjamín González y Emilio González, tras procesionar por las estrechas y bellas calles del centro histórico, realizaron su Estación de Penitencia, donde eran recibidos por el  deán de la Catedral, Juan Torrecillas, y el canónigo, Francisco Salazar, siendo el vicario general de la Diócesis, Tomás Cano, el encargado de dirigir las lecturas del Evangelio a cuantas personas llenaban la plaza de la Catedral.