La afición tenía razón

La grada pedía a gritos un delantero tipo Ulloa y a un organizador como Espinosa

Mira que tenemos técnicos en la plantilla del Almería.
Mira que tenemos técnicos en la plantilla del Almería.
Tony Fernández
12:17 • 17 mar. 2016

No tiene vuelta de hoja. Como la grada pida a gritos a un futbolista, el entrenador no lo pone. Es una regla no establecida desde los tiempos de Abderramán III. Aquí en Almería ya lo sabemos, y cuando se abría el mercado todos esperando al organizador tipo Corona y a nuestro particular Aníbal Zurdo.




Un delantero a la antigüa usanza y un Corona que moviera al equipo. Todo el mundo lo veía y lo pedía a gritos. Era un secreto a voces, pero empezamos con un lateral como Goñi, un delantero conocido por todos que no es un tanque (como Uche), y el desborde de Juan Ramírez para el extremo, con Saveljich en el eje de la defensa.




A veces los 7.000 que cada domingo sufren y animan al Almería merecen ser atendidos por el presidente o el director deportivo. Igual a Goro no le hacía falta lo que la afición pedía, pero a día de hoy, en el mes de marzo, me parece que los seguidores del Almería no iban mal encaminados.




Al equipo no lo mueve nadie hasta que Pozo lo hizo contra el Girona. Uche solo mete goles en los entrenamientos y seguimos esperando el pedido de Navidad que nunca llegará.




Igual ese Corona pretendido hubiese movido bien al Almería. Lo mismo con un 9 de toda la vida, Chuli llevaría diez goles a día de hoy. Todo son supuestos, pero es que la plantilla está mal hecha y Goro y sus colaboradores no atendieron a la grada.




No les guarden rencor por ello, porque no son los primeros ni serán los últimos. Aquí en Almería hemos visto pasar a los mejores futbolistas que luego hicieron por igual fama y dinero.




Uno que se pega todo el fin de semana viendo la Segunda también tiene su corazoncito y haría su propio equipo con lo mejor de cada casa, pero los que saben son ellos y la palabra de técnico es palabra de ley.




Por mucho que la grada pida un Corona o a un Negredo, los planes del entrenador no hay quien los cambie y si el presidente por contentar a la grada firma lo que el míster no quiere: va y no lo pone.


Siempre igual como la Cerveza El Águila que en gloria esté.


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