¡Pero qué envidia ser abonado del Almería!

Ahora que se presentan los abonos en el Almería me sale la vena de abonado de la Agrupación Deportiva cuando cobraba la nómina en Saveres y me la gastaba entera en mi abono. Fue a lo largo de los años el único capricho del abonado 520.

Mi mujer es la primera que pasa por la sede y hace socio a su padre y saca el suyo, como corresponde a un buen seguidor. Yo no me abono porque siempre tuve claro que la profesión me lo impide. Son manías de viejo, pero si la vida me da la oportunidad, volveré a abonarme con la ilusión de aquel niño que iba al Estadio de La Falange. Con la misma ilusión que le compro a mi nieto camisetas del Almería. Soy más feliz que el niño.

Yo pensaba que era bueno como aficionado y este año me he dado cuenta que no le llego a los seguidores del Almería. Ellos me han demostrado una fidelidad a su colores inmensa y tengo claro que han salvado la categoría perdonando a un equipo que nunca logró estar a su altura.

Siento envidia (no se si será sana) de todos aquellos que acuden a la sede con la ilusión de volver a compartir butaca con el de la gorra de al lado. El de los bocadillos grandes dos filas más abajo. Y el del puro que tanto me gusta su olor aunque yo no fume. Lo vivo como si fuera abonado pero...

Mi hijo es accionista del Almería y fue abonado hasta que empezó en la profesión. Sin yo decirle nada, dejó su lugar preferente en la Tribuna del Mediterráneo. Le ha salido al padre en esto.

Me gusta ser abonado. Dicen que los malos futbolistas terminamos siendo buenos aficionados y a mí no me retiró ninguna lesión del fútbol. Me retiraron los futbolistas que me rodeaban porque eran mejores.

Ser abonado del Almería es algo muy grande. Siempre lo ha sido. Es verdad que no vamos muchos al campo. Es cierto que a veces le silbamos al equipo. Hasta después de una derrota decimos aquello de “ya no vengo más” y perdonamos y regresamos.

Nada nos llena más que el Almería que tenemos. Con todo lo bueno y lo malo. Merece la pena ser del equipo de tu tierra. Yo no me quejo de aquellos que son del Real Madrid o del Barça. No podemos luchar contra el gigante pero nuestro Almería es especial.

Hay que abonarse señores. El Almería es nuestro.

¡Vamos Almería!

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