Blanes lo tenía claro: “Por un abono hay que hacer lo que haga falta” y aquel verano de 1994 con un calor sofocante llevó a sus jugadores al comedor del Club de Tenis Indalo y vestidos todos con polo rojo fueron presentados. También se anunció el regalo de una toalla de playa con el escudo del club para cada abonado.
Un futbolista gaditano firmado del Mármol Macael, Paco Luna, cortaba la tarta de la puesta de largo ante veteranos ilustres como el capitán Peralta, el sevillano Julio o Manolito Sousa que con los Cudi, Recha, Ortega, Mota y Diego terminarían realizando una gesta sin igual.
Uclés y Moisés
Ya en aquel 1994 el Almería tenía despacho de director general (Juan Carrillo) y director deportivo (Juan Melero) mientras la directiva se repartía en comisiones de trabajo. Al frente de todo el entramado estaba un adelantado a su tiempo, Guillermo Blanes, que mantenía la tradición de llevar a sus futbolistas ante La Patrona que tanto les ayudó. Aquel año no podía falta el presidente de la FAF, Nicolás Uclés, y un concejal de deportes tan emprendedor como Moisés Ruiz.
Blanes lo tenía todo controlado y siempre que podía sumaba para su Almería en una ciudad que contaba con dos equipos en plena ‘guerra civil’ como la llegaron a llamar.
El equipo de pantalón Blanco se lió la manta a la cabeza y se gastó una pasta fichando a un entrenador de postín como, José Enrique Díaz, que a su vez tiró de unos jugadores irrepetibles que engancharon a la afición a base de buen trato de balón y muchos goles. Aquello tenía que acabar bien pese a las ‘locuras’ de Blanes.
Blanes bajó al césped
Justo el día que un Granada agonizante vencía a un Almería mejor en Los Cármenes, a Blanes se le agotó la paciencia y se fue al autobús del equipo para despedir a José Enrique. Ese día cambió todo ya que llamó a Pepe Cayuela para que tomara el mando de las operaciones y le ascendiera al equipo a Segunda.
Con Cayuela había una sintonía tal que no lo dudaba el presidente a la hora de plantarse en Pechina con toda la directiva para arengar al equipo sentado en el césped. Blanes sacaba un plus de los futbolistas y del entrenador.
No era fácil la tarea de salir del pozo. Ni con aquellos grandes futbolistas estaba garantizado el éxito, pero Blanes no quería, no podía, fallarle a una afición enganchada y tras perder 1 a 4 en casa con el Racing de Ferrol puso a su equipo en manos de la Patrona.
La Virgen echó un Capotazo y Blanes hizo todo lo demás ganando el equipo en Valencia con Pepe Navarro a los mandos y Cayuela desaparecido.
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