Mente fría para elegir la mejor opción, leer el partido y tener presente que “la lucha de un colocador es contra el central”. Así se lo dijo en el último entrenamiento Piero Molducci, y Javier Alemán es una esponja para aprender y perfeccionar: “Mi labor es marear el bloqueo del otro campo y estar frío para adoptar la mejor opción posible, ya que cuando tienes tantos jugadores para atacar puedes complicarte la cabeza”. El colocador es el cerebro, y el de este joven que cumplirá 20 años justo antes de la quinta jornada es privilegiado y no deja escapar ningún detalle, desde “analizar el bloqueo rival” hasta tener presente “los jugadores que tienen mejores sensaciones en el partido”.
Una vez que lo escuchó hablar, a Leandro Becerra se le confirmaron todas las altas expectativas que había puesto previamente sobre él. Lo vio lucirse ante CV Mediterráneo “haciendo una distribución de juego muy inteligente” y por ello se sumó a las buenas críticas: “Todos pensamos que está llamado a ocupar uno de los puestos de honor entre los mejores colocadores de este país”. Becerra le dio dos consejos, que se pegue “como una lapa” a Miguel Ángel de Amo para aprender de él, y “humildad y trabajo”. Bromeó con la responsabilidad que supone llevar el 1, un número de dorsal que Alemán pidió expresamente al ser el suyo de siempre y porque fue el que vistió con Unicaja su referente Cosme Prenafeta.
Leandro Becerra, que expresó su gratitud “al equipo más grande que ha dado el voleibol español de todos los tiempos” por proponerle presentar a Alemán, hizo un recorrido por su memoria desde sus inicios, que se produjeron tras haber sido
futbolista del San Roque. Aquel extremo izquierdo decidió cambiar el contacto “por un deporte más fino –en tono jocoso-“, y con 17 años estaba “en las lijas del siete y medio”, refiriéndose a las pistas deportivas de Maestría, “con Navarro, Lillo, Moncho…”. Después pasó a La Salle con el hermano Alberto, “otro gran olvidado, con los Cheos, Roca…”, y dio el salto “porque quería crecer como deportista” para ponerse a las órdenes de Moisés Ruiz, cuyos entrenamientos había visto antes.
El cambio era grande, ya que “hacían jugadas combinativas” pese a que en aquella época “era todo divertimento, en los entrenamientos, en los partidos, en los viajes por supuesto”. Becerra quería evolucionar y por eso fichó formando parte de la historia que ya se conoce bien de ascensos y logros. En sus palabras pronunció el nombre de Antonio Orta: “Era la primera vez que teníamos un preparador físico y nos puso como mulas”. Tampoco se olvidó de Manolo Berenguel, “un referente después en playa y pista y que como jugador y como persona es un crack”. Toda esa historia viva la contó dentro de uno de los autobuses de Ramón del Pino, empresa que transporta los sueños del tricampeón.
Bien acomodado en los asientos del moderno interior del bus, Javier Alemán hizo una demostración de seguridad en sus posibilidades tras haber soltado los nervios del debut ante Mediterráneo: “Para mí era un momento muy importante, porque después de trabajar en las categorías inferiores con este club, eso era llegar a la cúspide, a donde quieres llegar”. Lo compartió ante su gente y con alguien a quien no tiene que hablar, sino únicamente mirarse, como es el líbero Antonio Casimiro, juntos desde los 13 años, “un apoyo en el campo”. Además, estaba rodeado de grandes jugadores: “Es un placer jugar con gente de la categoría de Israel, que ha estado por toda Europa y nos aporta mucho a los jóvenes, o Moisés Cézar, de mucho nivel y una gran persona”.
Su proyección se la toma sin prisa, pero con firmeza: “Siempre he sido de trabajar día a día y ver cada temporada qué puede pasar”. De hecho, tras ser campeón de España juvenil y jugar con Mintonette en Primera Nacional su primera opción era irse de Erasmus a Italia, hasta que lo llamaron de Vigo para Superliga 2. Ese iba a ser su destino, pero el teléfono sonó de nuevo: “Era Unicaja Almería, lo último que me esperaba, y a partir de ahí lo tienes que dejar todo”. Se propone “seguir trabajando” porque quiere un futuro de verde: “Si puede ser, en tres o cuatro años seguir aquí, en mi club, con mi gente, y acabar siendo el colocador titular de este equipo ganando títulos”.
Son los mismos que espera lograr ya esta temporada, puesto que pese a que “es un hándicap que se haya logrado el triplete” considera a la plantilla ahorradora “muy competitiva y con serias opciones de revalidar los logros”. En relación a los rivales, “Palma es fuerte, Ibiza se ha reforzado y Teruel es el de siempre, así que habrá que pelearlo muy duro”. Sobre Io de Amo, doble admiración: “En playa, que me encanta, es un referente, un crack, y en pista venía como aficionado a los partidos del año pasado a verlo y aporta mucho; estoy deseando de que llegue”.
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