Patadas y puñetazos entre juveniles al final del partido

El Oriente-Torredonjimero acabó en una batalla campal en el túnel de vestuarios

Las imágenes que han sido subidas a la redes sociales.
Las imágenes que han sido subidas a la redes sociales.
Rafa Góngora
16:47 • 17 oct. 2016

El Oriente-Torredonjimeno, de la Liga Nacional de Juveniles, acabó con patadas y puñetazos en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles. La directiva del Torredonjimeno ha denunciado las agresiones sufridas por sus jugadores tras terminar el partido en el campo del Club Deportivo Oriente.
Según dijo ayer lunes en rueda de prensa Manuel Anguita, el presidente del Torredonjimeno, los incidentes comenzaron cuando el conjunto jiennense marcó el gol del empate a cuatro en el tiempo de descuento.




El dirigente desveló que unas 40 personas dieron “patadas y puñetazos en la boca y en la espalda a mis futbolistas en el túnel de entrada a los vestuarios”.
“Hemos presentado un parte médico de ocho lesionados, pero lo que más nos preocupa es como se encuentran nuestros jugadores en el aspecto psicológico, porque vivieron un auténtico calvario”, indica.
El dirigente, además, pidió a la Federación Andaluza de Fútbol que llegue “hasta las últimas consecuencias en este asunto y sancione a las personas implicadas en estas brutales agresiones”, según ha manifestado.




“Fue premeditado”
Anguita sostiene que el acto fue premeditado y que el árbitro “no pudo identificar a nadie, porque se quedó en el terreno de juego y todos los incidentes se sucedieron en el túnel de vestuarios”, aseguró. 
Por su parte,  el técnico Manuel Ángel Molina Martos, según puede informar el portal ‘Jaén en Juego’, afirma: “En todos los años que llevo en el mundo del fútbol, como futbolista y entrenador, nunca había vivido algo así”. 




El encuentro se desarrolló con normalidad y no se llegó a ningún tipo de trifulca. “Cuando entramos en un pasillo estrecho de camino a nuestro vestuario, nos abordaron unas cuarenta o cincuenta personas y nos agredieron de forma salvaje, propinándonos puñetazos y patadas por todas partes, de forma que incluso algunos de nuestros jugadores, para salir de la encerrona en que se había convertido el pasillo, llegaron a saltar una valla de tres metros”, dice el entrenador.








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