Almería pudo disfrutar ayer durante unas horas de los vehículos clásicos de la II Spain Classic Raid. Más de un centenar de coches cruzan España de punta a punta estos días, en un itinerario de 2.100 kilómetros que finaliza en Sevilla este sábado. Almería fue la meta de la sexta etapa de las ocho de las que está formado este reto, lo que permitió que ayer se pudieran contemplar estas joyas automovilísticas frente al Hotel Tryp Indalo. El concejal de Deportes, Juanjo Segura, fue uno de los aficionados que paseó entre los coches y charló con sus conductores, para después entregar el trofeo a los ganadores de la etapa Linares-Almería.
“Una vez más, el automovilismo se une al turismo. No hay forma más auténtica de conocer nuestro país que recorriéndolo palmo a palmo como están haciendo los corredores de esta competición. Desde el Patronato Municipal de Deportes de Almería deseamos mucha suerte a los participantes de esta carrera en la antesala de la final, y damos la enhorabuena al equipo ganador de hoy. Esperamos que este premio les dé fuerzas para el último empujón y que les deje un buen recuerdo de nuestra tierra, en la que los esperamos el año que viene”, declaró Juanjo Segura ayer en el aparcamiento dispuesto frente al Hotel Tryp Indalo para los participantes de la Spain Classic Raid.
El edil estuvo acompañado por David Herranz, director y organizador de la competición, que también incidió en la vertiente turística de la prueba, “que permite conocer los pueblos pequeños y hacer un viaje diferente”. Ya son muchos los corredores extranjeros, además de los procedentes de toda la geografía española, los que participan en esta segunda edición, y la idea es seguir creciendo en esa línea. El director de carrera aprovechó la ocasión para “agradecer al Patronato de Deportes y al Ayuntamiento de Almería su colaboración en la prueba”.
Los catalanes Juan Donatiu y Pere Serrat fueron los ganadores de la etapa Linares-Almería a bordo de su Volkswagen Baja Bug 1000. Ya el año pasado consiguieron la victoria final en la primera edición de la Spain Classic Raid, en aquella ocasión con un Ford Fiesta de 1982, muestra de que quien prueba, repite. Solo son necesarios un vehículo de más de 25 años y un espíritu aventurero.
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