Unicaja Almería tiene el mejor entrenador

La semana pasada se fallaron los premios a los mejores del deporte andaluz del año 2016 que otorga la prensa especializada de la comunidad autónoma. El jurado se reunió en Pozoblanco y determinó un cuadro de honor con 18 galardones que pretenden recoger unos meses de grandes éxitos para Andalucía. No en vano, ha sido año olímpico y se han conseguido logros históricos, siendo uno de ellos el que el Club Voleibol Unicaja Almería alcanzó, nada menos que su primer triplete en tres décadas. Muchas fueron las piezas de la estructura blanquiverde que lo hicieron posible, pero desde la Federación de Periodistas Deportivos de Andalucía se ha destacado especialmente a la figura de Piero Molducci.

No es muy habitual que el voleibol, como deporte, sea capaz de ‘colar’ a uno de sus protagonistas por encima de los actores y actrices de otras modalidades, pero en esta ocasión el Mejor Entrenador de 2016 ha sido un apasionado del vóley. El italiano Piero Molducci se emocionó enormemente cuando conoció la noticia de su designación, porque sencillamente ama a su deporte y a esta tierra: “Me siento muy feliz porque es un reconocimiento importante, no sé si la primera vez para el voleibol, y me satisface sobre todo porque me siento andaluz como persona, como mentalidad, me siento uno de aquí”. Con eso está todo dicho y efectivamente es la primera vez que este deporte gana el premio al entrenador.

De hecho, confesó el técnico transalpino que siempre pensó en regresar después de su primera temporada en Almería: “Vine un año en la 2004-2005, ganamos la liga y después me fui a Italia porque tenía a mi hijo pequeño, pero en la cabeza

tenía siempre Almería como un sitio donde se vive muy bien”. Finalmente estuvo de regreso hace casi un lustro, y otra vez reeditó su calidad de vida unida a los más altos logros deportivos: “Volví en 2012 y hemos ganado mucho, en concreto el año pasado lo ganamos todo”. Darle éxitos a la provincia y a la comunidad autónoma le reafirma en su sentimiento hacia esta tierra: “Me considero andaluz y quiero compartir cosas con la gente de aquí”.

Mucho de eso tiene que haya montado un restaurante en el que se ofrecen los auténticos sabores de Italia: “Son los de mi zona, cerca de Bolonia, donde la sala boloñesa, los tortellini y todo esto, y quiero compartir estos sabores con la gente de aquí, porque a mí me gusta mucho la comida andaluza y española y por eso me apetece corresponder compartiendo la comida de mi tierra con toda la gente de aquí”. El mejor resumen de ese sentir es que Piero Molducci ha encontrado su lugar en el mundo: “Cada año me llaman de Turquía o de Rusia, donde hay mucho dinero y una liga fuerte, pero me gusta vivir aquí y por eso me quedo, porque me gusta esta zona, me gusta esta tierra”.

Es una convicción firme la de dedicarse al voleibol, la que hace que él mismo se autodefina como “un personaje raro”. Pocos saben que realmente se está delante del ‘doctor Molducci’, puesto que acabó la carrera de medicina. Le gustaba mucho, pero no tanto como el vóley, y jamás ha ejercido como médico. Tipo inteligente, es capaz de valorar las pequeñas cosas, y no solo lo relativo a ‘los pequeños detalles sobre la pista’ de los que muchas veces habla al analizar un partido. Por ello, pese a que “el nivel en España ha bajado mucho”, se queda con lo que hace su equipo: “Nosotros tenemos un buen nivel, cada año cambiamos el equipo pero siempre estamos en las primeras plazas y me gusta trabajar así”.

Son 25 años ejerciendo como entrenador, función desempeñada incluso antes de retirarse: “Las dos últimas temporadas compaginaba las dos cosas”. A los 35 se retiró definitivamente tras ser un buen colocador y con la incógnita de haber sido un buen médico, porque con el vóley nada pudo: “Me gustaba la medicina y también el voleibol, y al final toda la vida el voleibol”. ¿Por qué?. Muy sencillo, le motiva de un modo especial: “Es un deporte que me gusta mucho, rápido, que te emociona mucho, me gusta esto, los nervios, no hay contacto físico, como el tenis”. De hecho, cuando era más joven le daba también a la raqueta “porque era parecido, y lo que más cuenta es la cabeza y la técnica”.

En ese cuarto de siglo ha estado en muchos equipos tras comenzar con el vóley femenino y continuar por la liga italiana, la A-2 y después permanentemente la A-1 de las grandes estrellas. Solo ha salido de esa ‘NBA’ del voleibol para venir a España, para vivir en Andalucía, para disfrutar Almería: “Siempre lo he hecho así, cuando voy a un sitio que me gusta, me quedo, y por eso en Italia pasaba cuatro o cinco temporadas en cada equipo, donde encuentro la situación que me gusta”. A eso suma enormemente la calidad de las personas y los deportistas, a los que él mismo hace mejores: “En España han pasado por mis manos muchos jugadores que ahora están en Teruel, en Ibiza o en Palma, y en Italia en la Selección”.

En ese sentido, la Federación de Periodistas Deportivos de Andalucía ha tenido la deferencia de ser el primer colectivo que le reconoce su labor en España, puesto que en su país sí es un mito: “Cuando un entrenador es reconocido como el mejor se encarga de dirigir el combinado de extranjeros de la liga que juega contra la Selección Italiana, y yo he tenido ese honor cuatro veces, otras tantas elegido como mejor entrenador”. En estos años ha acumulado lazos cercanos: “He entrenado a mucha gente y siempre tengo un recuerdo bueno de estos jugadores, pero lo más emocionante es que ellos también muchas veces me demuestran que tienen buen recuerdo de mis entrenamientos”.

Si se hiciera un equipo con los mejores que han estado a sus órdenes sería casi invencible: “Un equipazo porque he entrenado muchísimos campeones que han hecho historia, muchísimos rusos, brasileños, cubanos… jugadores fuertes”. Nada menos que los nombres de Sergey Tetyukhin o Lorenzo Bernardi están en esa lista de leyendas del voleibol que conocen muy bien a un Piero Molducci al que lo que más llama es la formación de los más jóvenes. Siempre ha reconocido que le satisface enormemente ver la evolución que las promesas van siguiendo, en una visión didáctica del voleibol como forma de difusión extraordinaria de este deporte tan maravilloso que debe crecer apoyado en sabios como él.

Molducci ha dado a Unicaja cuatro títulos de Superliga, el primero en la 2004-2005 para seguir en la 2012-2013 rompiendo él mismo la sequía ahorradora que siguió a aquel entorchado. Después han llegado dos consecutivos en las dos últimas campañas, más dos de la Copa del Rey (13-14 y 15-16) y por fin, con el triplete, el único que se le resistía, el de la Supercopa de España (2016). Si no ha ganado, siempre ha estado en las finales, que es el objetivo que se marca desde el club, por lo que lo cumple con creces. En el último lustro solo sabe ser campeón o subcampeón y la trayectoria que ha emprendido es claramente ascendente, sin que la renovación de la plantilla haya sido un problema en ningún momento.

Los demás premios

La Federación de Periodistas Deportivos de Andalucía reconoce también a los almerienses Jairo Ruiz, medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, y Víctor Fernández, segunda vez campeón del mundo de windsurf hace escasas semanas. Los galardones se recogerán en Torremolinos el día 13 de febrero, y el elenco de premiados es extraordinario, como los paralímpicos Álvaro Valera, José Manuel Ruiz, los hermanos Zarzuela, Jesús Romero y Alfonso Cabello, todos medallistas en Río. Andaluza de Oro es también el título que recae en Carolina Marín y Lourdes Mohedano, con medalla en los Juegos Olímpicos. El premio Equipo Líder es para el Sevilla de fútbol y para el Conquero de baloncesto femenino. Alfonso Queipo de Llano, Alhambra Nievas, Marcelo Rosado y Sergio Rico son algunos nombres más muy destacados, sin hacer parada en las Gestas Deportivas, que también serán reconocidas en la gala.