El entorno ya es optimista con la renovación

En el proceso de renovación de Messi, la mayor tranquilidad la produce... Messi.El argentino juega como los ángeles y parece en una atmósfera deportiva ideal. El lunes celebró en familia el cumpleaños número 57 de su madre, Celia Cuccittini, y por la noche acudió a la cena organizada por Luis Suárez, que cumplía 30 y lo festejó en un restaurante de Castelldefels. La vida de Messi está tan ligada a Barcelona que los mejores conocedores de Can Barça ya lo ven renovando. “Estoy tranquilo porque es muy inteligente. Ya es del Barça y lo será toda la vida. Su destino está ligado al Barça. Seguirá aquí”, explicó en Esports Cope ayer Carlos Rexach. Sus declaraciones se unen a las de Robert, que también el lunes en la gala de Mundo Deportivo desveló que “la renovación va muy bien”. Suele decir el secretario técnico que “sólo hace falta mirar a los ojos de Leo” para saber que continuará.

La primera tormenta de Messi ha pasado. Las declaraciones del nuevo CEO del club, Óscar Grau, pidiendo “cabeza fría y sentido común” en su ampliación de contrato, además de una frase inquietante (“tenemos que hacer que encaje”), encontraron un cabeza de turco en Pere Gratacós, destituido ipso facto de su cargo de director de Relaciones Institucionales con la FEF por decir que Messi no sería tan bueno sin Iniesta o Neymar al lado. El estado de nervios se disparó tanto que Bartomeu se vio obligado a hacer una declaración institucional en TV3 para anunciar que llevaría “personalmente” la negociación para que sólo su voz sea la representativa en este asunto. Con este fin, el presidente ha congelado de momento los procesos de renovación de Rakitic, Ter Stegen y Sergi Roberto.

Sport publicó ayer que Bartomeu hará llegar de manera inminente el documento con la primera oferta al padre de Messi. El club maneja la opción de ofrecerle un nuevo contrato de cuatro o cinco temporadas, aunque otras fuentes de la negociación aseguran que el futbolista podría ser más proclive a renovar sólo hasta 2021 con un contrato de dos más uno (finaliza en 2018).

Sobrevuela aún, no obstante, la culpabilidad de Messi y su padre Jorge por fraude fiscal. Ambos fueron condenados a 21 meses de cárcel y a dos millones y un millón y medio de euros de multa respectivamente por defraudar 4,1 millones de euros a Hacienda en los ejercicios 2007, 2008 y 2009. Los abogados del jugador recurrieron al Supremo, que podría dictar sentencia al final del primer trimestre. Una resolución favorable terminaría de allanarle el camino para seguir en el Barcelona. Lo contrario sería una piedra para Bartomeu. Ahí sí se siente incómodo Messi.