El Almería importa

Mi hijo es accionista y mi mujer abonada. En la percha del dormitorio hay una bufanda rojiblanca y la radio junto a ella para no perder detalle cuando juega el Almería. Los abonos los lleva mi suegro (también abonado) en el bolsillo.

Tengo la suerte de contar con seguidores fieles del Almería en casa, de esos que sacan el abono en Primera y en Tercera División porque les importa el equipo de su tierra.

No se lo van a creer pero mi mujer nunca fue de otro equipo. Y mi hijo tampoco. María, la pequeña era socia infantil en Primera División. Y mi nieto va al campo con la camiseta puesta.

No soy un ejemplo para nadie ni lo pretendo, lo que les quiero transmitir es que el Almería nos importa a todos. A lo grande y a lo pequeño: somos del Almería y eso es bueno. Muy positivo.

Le importa al alcalde y al chófer del autobús. Todos llevamos el Almería en el corazón y deseamos que se salve del descenso. Queremos lo mejor siempre para nuestra tierra aunque a veces no seamos muy expresivos.

Me gusta hablar del Almería con el alcalde y con el carnicero. Me gusta cuando al subir al autobús me pregunta el chófer ¿Nos vamos a salvar Tony? Esa pregunta sale del alma. Lo sienten tanto como yo. Seguro. Más que yo.

El Almería nos importa mucho. Sabemos todo lo que nos reporta de bueno la Liga Profesional porque venimos de una época dorada donde muchos niños nacieron en una ciudad de Primera División.

Hemos sido muy grandes en tan poco tiempo y nos sentimos orgullosos de ello. Pero tenemos mucho miedo a perderlo, sobretodo los mayores que hemos vivido tiempos de ‘guerras’ con dos Almería hacia ningún sitio. Y dos clubes en Primera separados por el tiempo.

No puede tener queja el presidente del Almería de los almerienses. Nos importa el club. Nos alegra la victoria como nos hunde la derrota. Se ha creado algo bonito que no debemos perder.

Hoy el Almería es un sentimiento y eso no se pesa ni se mide. Se nota. Se tiene o no se tiene. Lo hay.

Todos queremos un Almería mejor.