No ha sido una semana fácil para Marco Motta. El italiano ha tenido que superar un virus que, como él afirmó, “me pegó mi hijo”. Sin embargo, no se ha perdido ni un entrenamiento y por ello fue titular contra el Numancia. El fútbol es su forma de vida y la familia lo entiende, ya que comparó los entrenamientos con las compras junto a su mujer: “He pasado unos días mal a causa de un virus, pero quería entrenar y jugar. Es como si a tu mujer te dice que vayas a comprar zapatos y no le dejas. Para mí el fútbol es eso, mi pasión”. Motta vio la cuarta amarilla el sábado y está a una de la suspensión. Junto a Borja Fernández, se ha convertido en el fichaje de invierno más rentable del club rojiblanco, sin olvidar a Kalu Uche, que se perderá varios partidos a causa de una lesión muscular.
Se ha ganado el cariño de los aficionados con el paso de las jornadas y luchará hasta el final, junto con sus compañeros, por el objetivo de la salvación. Firmó hasta 2019. Marco Motta quiere hacer vida en Almería.
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