Medita comprar la plaza del Lorca FC en Segunda

El Hércules se llevó ayer un nuevo revés al conocer que Hacienda no acepta la última oferta de Juan Carlos Ramírez para desbloquear el club. Esta situación deja a la entidad alicantina en una situación muy delicada, casi al borde de la liquidación. Una de las soluciones que estudia el Hércules, según desvela hoy el diario Información, es la de comprar la plaza del Lorca FC para jugar el año que viene en Segunda y bajar la persiana del histórico club con casi 96 años de historia y una deuda cercana a los 25 millones de euros.

El conjunto murciano, recién ascendido a la categoría de plata de la mano del empresario chino Xu Genbao, medita poner su plaza a la venta por unos 9 millones de euros y el Hércules ya ha mostrado su interés con varias reuniones. De hecho, el club alicantino ya ha consultado con la Federación y la LaLiga todos los trámites burocráticos necesarios para ejecutar la compra.

AS ha podido confirmar la noticia y para el próximo curso podrían existir varias trabas. Una de ellas es que los plazos para proceder a la refundación y a un posible cambio de nombre ya han expirado. De esta forma, la única opción para que Alicante tuviese fútbol profesional el curso que viene, según han desvelado a AS varias fuentes, es que el Lorca disputase bajo su misma denominación los partidos como local en el Rico Pérez y el cambio de nombre se produjese de cara al curso 2018-19. Esto conllevaría un riesgo extremo porque la afición herculana podría mostrar un rechazo absoluto al ver cómo su histórico club desaparece y nace otro sin ningún tipo de arraigo.

Hacienda no acepta la oferta de Ramírez

Juan Carlos Ramírez, presidente del Hercules, contactó ayer con Hacienda para conocer de primera mano los motivos que han llevado al fisco a tardar casi tres semanas en responder a su última oferta. El vasco supo de primera mano que Hacienda continúa inflexible y que sigue exigiendo un aval bancario de 4,3 millones de euros para desbloquear la situación del Hércules. La oferta de Ramírez incluía el pago de 2 millones de euros al contado y otros 2,3 millones en bienes reales. A la Agencia Tributaria no le sirve y ayer le trasladó al club que su decisión es firme y que la única vía es avalar los 4 millones de euros.

Según se deslizó ayer en el Hércules, el problema está en la multa de Bruselas (por ayudas ilegales) que incluyó Ramírez en el convenio con Hacienda. El presidente quería pagar los 6,9 millones de euros en seis años, siempre y cuando el club estuviese en el fútbol profesional (Primera o Segunda). La Agencia Tributaria no lo ve claro y ayer se limitó a recordarle a la entidad alicantina que sus condiciones iniciales son las únicas que cuentan.

Ramírez, que amenazó con dimitir y presentar la liquidación del Hércules si le rechazaban su último plan, tendrá que decidir ahora si cumple su palabra o busca nuevas fórmulas.