Nace la A. D. Almería

Aquel verano de 1970 en el despacho de Paco Góngora se dio vida a un nuevo club

Ángel Martínez, primer presidente de la A. D. Almería, con Paco Góngora.
Ángel Martínez, primer presidente de la A. D. Almería, con Paco Góngora.
Tony Fernández
17:35 • 01 jul. 2017

Tras la puesta en marcha del campo de La Cañada y multiplicar los equipos de cantera, al presidente de la Federación Almeriense de Fútbol, FAF, le faltaba completar su gran obra deportiva y tras la desaparición del Club Deportivo Almería dos años atrás y con Plus Ultra y Pavía soportando el techo futbolístico de la capital en la Regional Preferente. Paco Góngora hizo pasar por sus despachos a los presidentes de los dos clubes citados y a un tercero que a la postre pasaría a la historia. Era Ángel Martínez, un joven empresario de la construcción asociado a Requena para hacer realidad sus sueños de empresarios con REMASA, aquella firma que dio nombre al torneo que el Almería organizaba en los veranos de los setenta.




Como un cohete




Paco Góngora se puso como plazo el “ya” y en su despacho se dio vida a la Agrupación Deportiva Almería, que saldría a competir en la Regional Preferente en la temporada 1970-71 de la mano de Santiago Errazquín como entrenador, jugadores de los tres equipos y Ángel Martínez como presidente del club. Con la aparición del nuevo club, Paco saldaba una deuda con los aficionados y Almería empezó a subir peldaños en nuestro fútbol hasta alcanzar la meta de la Primera División.
Cuando Paco Góngora hizo firmar a los tres presidentes, les pidió “que sea el último Almería y no desaparezca jamás”, pero a comienzos de los años 80 aquel sueño rojiblanco moriría para siempre ante la mirada de asombro de aquellos que firmaron el acta de nacimiento de un club que batía todos los récords para terminar como tantos otros, con la desaparición.
Paco Góngora siempre tuvo una sensibilidad especial hacia la Agrupación y cuando dejó su cargo federativo y fue llamado al club, regresó con los ojos cerrados para hacerlo más grande. No estar dentro cuando llegaron los malos tiempos pudo desencadenar la tormenta perfecta para que el club se perdiera. Sufrió mucho Góngora con la desaparición, ya que el club era su mayor obra. Nunca lo dijo, pero era un orgullo para él lo realizado en tiempo récord por aquel club de los setenta.
 









Temas relacionados

para ti

en destaque