Regresó el 22 de febrero de 2012, deshizo las maletas y se metió directamente en la pista del Moisés Ruiz para dirigir su primer entrenamiento. Desde entonces no ha vuelto a marcharse, y antes de eso había sido el último en ganar la Superliga para el club ahorrador, en concreto en la campaña 2004-2005, el fin de un ciclo. Entre ‘Piero y Molducci’ no se levantó ninguna liga más, llegando la novena al año siguiente de su vuelta, en el que fue suficiente meter al equipo en la final cuando parecía imposible. Siete títulos nacionales le contemplan, pero con la espinita de haberse quedado sin ganar nada el curso pasado, algo insólito en su trayectoria como blanquiverde porque siempre ‘había ‘mojado arrancando de pretemporada.
Los números lo avalan, está claro, sobre todo tras haber firmado el primer triplete de la historia del club más laureado de España, pero sobre todo se ha ganado una merecida fama de sacar el máximo rendimiento de cada jugador. Moldea el plantel uniendo todas las piezas hasta formar un equipo, porque no es lo mismo una lista de jugadores, por mucha calidad que tengan, que un bloque bien conjuntado y con ‘alma’, una palabra inspiradora para el italiano. Es por ello que no se aventura a dar un pronóstico de lo que puede pasar este año, pero sí está seguro de que una vez más se estará arriba: “La expectativa de Unicaja es siempre la misma, llegar a lo máximo que se pueda”. Sabe que entrena en un club ganador y se nota.
No es incompatible esa convicción de que se luchará por los objetivos más altos con las reservas lógicas y deseables de quien asume una gran responsabilidad: “Antes de empezar el entrenamiento es imposible hablar de cómo será el equipo”.
Puede decir de carrerilla las características de cada uno de sus hombres, a los que se ha analizado por parte del cuerpo técnico pensando en formar una plantilla competitiva y ambiciosa, pero vender humo no es lo suyo: “Antes de entrenarlos no se puede pronosticar si el equipo funcionará, porque simplemente el equipo son los jugadores; el entrenador debe mirar cómo puede jugar el equipo, pero una vez que conoce directamente a la gente nueva; antes de eso, no hablo”.
Las piezas engranan entre si y la máquina funciona, complementándose sobre la pista de juego. Esa es la misión que tiene el míster, satisfecho con la categoría por la que se ha fichado a una serie de jugadores de alto nivel. Puesto por puesto, los colocadores son de su completo gusto: “Sobre Ignacio Sánchez, después de jugar siempre en los dos últimos años tiene una actitud mejor que antes, ha mejorado mucho y me gusta mucho como colocador; a Rubén Lorente no lo conocía pero el año pasado jugó muy bien contra nosotros y creo que es un colocador que tiene un gran futuro”. Ellos servirán balones a Thiago Maciel: “El opuesto no lo conozco demasiado pero tengo informes que dicen muchas cosas buenas sobre él”.
Sabe Molducci que gran parte de levantar una Superliga está en esa posición, y del brasileño no le cabe duda de que “es un buen atacante, con un buen saque y un jugador experto, ordenado en el bloqueo”. Esa es uno de los caballos de batalla del transalpino en los entrenamientos, y para ello pegado a la red va a tener a la torre más alta de toda la Superliga: “Jean Pascal Diedhiou el año pasado jugó con Ignacio y cuajaron un buen play off contra nosotros; tiene un buen bloqueo y un buen ataque, por lo que es un buen jugador también; tiene, evidentemente, un ataque muy alto”. Del senegalés piensa sacar mucho provecho, como también cree en la mejoría de otro de los jóvenes valores que llegan a sus manos.
Se refiere a Alexander Slaught en un modo de potencial a desarrollar: “Del americano he visto el vídeo y es un buen receptor y un buen atacante; es un americano clásico con una buena técnica y espero que con nosotros pueda mejorar mucho trabajando mucho”. Ya experimentado llega Javier Monfort, al que define como “un buen jugador, con gran saque y gran ataque y al que vamos a trabajar más en recepción y en bloqueo porque puede mejorar aun y llegar a ser más completo todavía”. Fichaje es, pero no lo ve como tal, Jorge Almansa: “Nunca ningún problema con él en los cinco años que llevo entrenándolo, lo conocemos muy bien y sabemos lo que nos puede dar”. Está a caballo con los renovados.
Novedad es Mario Ferrera: “Como líbero no va a tener problema en recepción, y en defensa seguramente jugará Casimiro, tiene actitud buenísima y técnicamente ha mejorado mucho; es el líbero del futuro”. Espera que Israel Rodríguez “olvide la lesión y pueda jugar”, que Parres alargue su regularidad y que Borja Ruiz sea el referente: “Lo hemos estrenado mucho, es un gran jugador y sobre todo es el alma del equipo muchas veces, algo muy importante”. A la afición, rotundo: “Siempre jugamos por Almería con corazón y alma; esperemos ganar este año y que la gente venga al pabellón con el mismo entusiasmo que el anterior o más; somos un equipo bueno”. Conoce bien a Teruel y no tanto los fichajes de Palma e Ibiza.
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