Cuando el equipo gana hay que estar como el alcalde de la ciudad. Más feliz que Ramis. Y esto es lo que todos queremos: disfrutar de las victorias.
Esta vez el Almería ha sido lo más parecido a un equipo de Segunda. Con su portería a cero siempre, controlando al rival y aprovechando sus momentos. Oficio para alcanzar el beneficio.
Todo empezaba bien con la vuelta de Joaquín al centro de la defensa y mantener a Fran en el lateral. Ramis ha dado en la diana con el granadino. Me gustaba el centro del campo y hasta el ataque, ya que Juan Muñoz necesita de continuidad.
Pero lo mejor del partido está en el global del partido. En saber llevarlo a tu terreno. Sacando el oficio ante un gran filial y matando como corresponde. Como hacen los equipos de Segunda División.
No queremos ser un Primera. El Almería que está construyendo Ramis empieza a ser como esos Segundas que no vimos la pasada y la anterior temporada.
Está dando minutos a los que lo necesitan y está consiguiendo ese EQUILIBRIO que llevará a la meta a los rojiblancos. No me pregunten por la meta. Este equipo no tiene techo.
Ahora el Almería sale a dominar el partido y es cierto que el primer gol vino de un PENALTITO pero hay que pisar el área para que te lo piten.
Yo no escuché el murmullo de otras veces cuando atacaba el Sevilla Atlético. Se está ganando el equipo la confianza de la afición y esto es muy importante.
Esta vez no hubo 95-5 y me quedo con el todo de un Almería que empieza a ser el equipo de plata que todos hemos añorado en las últimas dos temporadas.
El entrenador ha dado con la tecla y el Almería lo nota.
Todo jamón.
Faltan 40 puntos.
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