La familia rojiblanca vivió una jornada especial. El que fuera conserje del Estadio durante la última década, Luis Márquez, padre del mítico jugador de baloncesto Willy Márquez, se dio una vuelta por el Mediterráneo para recordar sus mañanas cuidando los coches de los futbolistas y manteniendo todo bajo control. Se emocionó Luis cuando la plantilla saltó al Anexo. Es una persona que ha dejado huella en el vestuario y los más veteranos se abrazaron a él. Primero fue Ángel Férez, preparador de porteros, y posteriormente Morcillo, Verza, Joaquín y Trujillo. Precisamente fueron ellos quienes le recordaron a Luis su mítica frase: “Buenos días con alegría”. Y es que era algo más que un conserje, porque siempre tenía una sonrisa y animaba al grupo en los malos momentos. Por motivos de salud tuvo que dejarlo, pero el fútbol es su pasión y quiere acudir cada fin de semana a ver al Almería. Luis Márquez es de El Zapillo, donde tiene casa y familia, aunque también tiene su hogar en el Mediterráneo.
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