Paso atrás del Almería que vio como el Huesca le sacaba los colores infringiéndole la primera derrota como local, goleándolo y superándolo en todo. No hubo sorpresas en el once inicial rojiblanco sino un simple intercambio de cromos para suplir a las dos importantes bajas con las que contaba el equipo, Morcillo y Tino Costa. Owona ocupó la plaza del central y Rubén Alcaraz la del argentino. El nueve fue para Juan Muñoz. Dentro de que no es fácil vaticinar las alineaciones que suele hacer Rubí, en esta ocasión si eran previsibles. Sacrificó a Ferreiro para complacer a la grada y la prensa oscense dando entrada a Vadillo y a Emilio para reforzar la medular.
Perdidos
Se esperaba, porque no podía ser de otra forma, que el equipo almeriense acusara las bajas, pero no que desapareciera, que estuviese espeso, sin ideas y sin pólvora. Un cúmulo de circunstancias negativas que le llevaron a su primer naufragio de la temporada en casa y con un marcador humillante (0-3). Parecía que el Almería quería tomar el mando de las operaciones de inicio, pero fue un espejismo que apenas duró un par de minutos.
Rubí había estudiado muy bien el partido buscando ganar en superioridad en la zona de creación y tapando a Pozo. El resultado fue que el Huesca se hizo amo y señor del partido, el campo se inclinó hacia el área de René y las llegadas de los visitantes se sucedían. Los locales se defendían con orden hasta el punto de que la primera gran ocasión tuvo como protagonista a Pozo que lanzó un gran disparo, desviado por Jair que salvó Remiro en felina intervención. Lo que es el fútbol, tres minutos después, en le primer lanzamiento a la meta de René, Cucho aprovecha un desajuste defensivo para poner a su equipo por delante en el marcador.
La sentencia
No se conformó el cuadro oscense con su mínima ventaja y buscó dar la puntilla al cuadro local, que intentó reaccionar en alguna acción aislada sin conseguirlo. Lo lograron los de Rubí al filo del descanso en un remate poco ortodoxo pero efectivo del jugador Melero.
La guinda
Sucesivamente el técnico local fue dando entrada en el partido a Nauzet, Caballero y Pervis buscando una reacción que no llegó.
Para terminar de dejar helado al personal de la grada una falta de entendimiento de los defensores locales le dio la oportunidad de poner la guinda a su victoria a Cucho Hernández, que éste aprovechó. En un alarde de coraje y amor propio los almerienses trataron de maquillar el marcador, pero sin premio al final.
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