El Estadio Mediterráneo ahora es un chollo

Definitivamente el Mediterráneo ha dejado de ser un fortín para convertirse en un chollo para los equipos que lo visita. El Reus aprovechó la ganga y se llevó los tres puntos con lo mínimo.
La ausencia de dos medios centros y disponer sólo de Mandi y Rubén Alcaraz para la sala de máquinas decidió a Ramis a cambiar el sistema y presentarse con un 4-4-2 teórico que en la práctica dejó más solo que la una a Juan Muñoz en el área rival, al retrasar Pozo su posición.
Por su parte López Garay realizó dos cambios obligados por las bajas y otro por decisión técnica, pero conservando el dibujo de 4-1-4-1, con profusión de efectivos en la medular. Desde el comienzo se puso de manifiesto que al Reus no le iba a importar que fuera el Almería el que llevase el peso del partido. Pese al esfuerzo y el buen trabajo de los dos medios centros del cuadro local su meta Badía no se vio seriamente inquietado.
 
Otro gol evitable Si el dominio local no puso en evidencia al efectivo sistema de contención visitante fue por dos razones fundamentales. La primera porque el equipo se presentó cojo ya que sólo le funcionó la banda izquierda, y eso en el primer periodo ya que tras el descanso se perdieron ambos costados. La segunda porque una y otra vez Juan Muñoz fue un Robinsón Cruzase en el área rival. 
Tres aproximaciones principales para los locales, un buen córner que Alcázar envió fuera, un disparo de Nazaret desde la frontal que paró Badía y un lanzamiento de falta de Nano que roza el palo. La oportunidad que esperaba le llegó al Reus cuando Fran Rodríguez perdió la pelota, Nano consigue rechazar, pero Borja Fernández, llegando desde atrás, coloca la pelota en la escuadra.

Desquiciados y sin ideas El Almería de Luis Miguel Ramis lo intentó en la segunda mitad ante el Reus más con el corazón que con ideas. 
Dio la impresión de ser un equipo desquiciado en el Estadio Mediterráneo y no fue capaz de inquietar seriamente al meta contrario.