Ha tocado fondo. Posiblemente el Almería no realizó el peor partido de la temporada en El Molinón, pero sí pecó de los mismos errores que le vienen condenando en las últimas semanas: cualquier despiste le cuesta un gol en contra. El Sporting llegaba con todo de cara; cinco jornadas sin perder, las gradas llenas y Paco Herrera celebrando el partido 500 como entrenador. Muy mal se tenía que dar la tarde para que los puntos volaran. El equipo de Ramis lo intentaría, una vez más, sin ningún éxito.
En el inicio se notó algo más de viveza en el juego rojiblanco, Javi Álamo debutaba en Liga y lo intentaba por la derecha, lo mismo que Gaspar en banda contraria, pero los centros nunca encontraban rematador. No es cuestión de Muñoz o Caballero, sino la forma de llevar la pelota a zona de definición. Ahí es donde descarrila este conjunto.
Mazazo Un jugadón del Sporting por banda derecha y golazo de Michael Santos para abrir el marcador a los quince minutos. Golpe tremendo al once almeriense, debilitado ya de por sí en el aspecto mental por los últimos resultados. Lejos de mejorar, acabó llegando el segundo pasada la media hora en un centro que Joaquín despeja a la red propia. Tampoco le quedaba más opción al defensa, porque desde segunda línea entraba Borja Viguera. Se llegó al descanso con 0-0 y la misma versión del Almería: fallos que cuestan goles atrás y sin ideas arriba.
Dominio estéril Tomó el mando del partido el cuadro rojiblanco en la segunda mitad, mientras que el Sporting se limitaba a defender el resultado, lícito, porque están en ascenso directo. Sin embargo, el ambiente en El Molinón no fue de fiesta, puesto que en algunas fases del duelo silbaron a su equipo por no buscar más tantos.
Caballero entró por Muñoz y dispuso de las ocasiones más claras del Almería. Primero con un remate complicado a asistencia magistral de Pozo, que despejó el meta Mariño, y ya en tiempo de descuento, con un cabezazo picado que tocó el larguero. El Sporting pudo sentenciar en una contra llevada por Isma López en el tramo final.
Problemas Lo único positivo que se puede sacar de la derrota es que no se entrará en zona de descenso. Dos puntos de dieciocho posibles provocan nerviosismo en el ambiente por temor a que llamen a la puerta los viejos fantasmas. Seguro que el Almería ha hecho encuentros peores que el de ayer en Gijón, pero ya hay que exigir la reacción inmediata en forma de triunfos. Preocupa la facilidad con la que el rival ve puerta. Se repitió la historia.
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