Muy mermado de efectivos, pero con el mismo tono de cada semana sea cual sea el rival que toque, fiel a su idea y a su modo de expresarla, Molducci ha elaborado una serie de sesiones pensadas para realizarse prácticamente ‘con lo puesto’ y sacar lo que se pueda de una situación complicada: “Hay mucho problema físico, gente que tiene fiebre y gente con contractura, Israel que medio se ha lesionado de nuevo el hombro…”. Así se ha dibujado un panorama pre-navideño en las filas ahorradoras, sabiendo que hay que realizar un último esfuerzo antes de poder dar por finalizado el primer tramo de competición: “Entrenamos siempre en ocho o nueve, así que es una semana difícil que hay que superar”.
De por medio entre los duros entrenamientos y el partido del sábado, que será a las 18.00 horas en horario unificado por parte de la RFEVB, un viaje largo en autobús que también hay que contabilizar entre las dificultades añadidas. Ya en Tarragona, el tercero se mide al último clasificado, sin que el italiano se fije en esa circunstancia para nada: “Como siempre, nosotros tenemos que mirarnos nosotros mismos más que al rival, y más sabiendo que llevamos unos días complicados de una semana poco normal; empezó el lunes ya mal y para el miércoles fue a peor, pocos jugadores, hay gripe, hay de todo”. No le queda otra que sonreír mientras se pone a repasar el cúmulo de coincidencias que han mermado a su equipo.
Con todo, se quiere una nueva victoria completa de puntos para ver qué sucede en los otros dos partidos de los conjuntos de arriba, los de Teruel ante Castellón y Urbia frente a Río Duero Soria en Los Pajaritos: “En esta Superliga puede pasar siempre de todo, pero pienso que la clasificación será esta que está ahora mismo pese que insisto en que puede pasar de todo, así que ya veremos”. Todos darán comienzo a las seis de la tarde al haber varias incógnitas todavía abiertas en lo que se refiere a la Copa del Rey, cabezas de serie y el último equipo que tendrá el billete para disputarla. Una vez en el torneo del KO, y si las cosas se mantienen así, como piensa Molducci, se produciría un Unicaja-FC Barcelona en cuartos.
Ese fue el último adversario antes de la última salida de la primera vuelta, y no se cumplieron del todo las expectativas que el transalpino tenía depositadas en el conjunto culé: “El Barça ha jugado peor de lo que yo pensaba; nosotros jugamos un partido normal normal –reiterativo-, y ellos cedieron mucho error en recepción, su opuesto no estuvo bien… pero eso no dice nada”. En su mente está ese muy posible cruce copero: “Es posible que se produzca porque la Copa del Rey es rara en España; el que organiza va tercero, parece, pero no tengo ni idea de cómo es”. Lo que sí se logró zanjar el pasado sábado en el Moisés Ruiz fue el debate sobre la tercera plaza, que como mínimo será el puesto ahorrador en el intermedio.
Así se cumplirá aunque se pierda en Sant Pere i Sant Pau, si bien si se gana y hay pinchazo turolense o palmesano se ganará al menos una posición. Por eso no se arroja la toalla y se va a por todas a tierras catalanas: “Tenemos el último partido contra el último, que está jugando regular aunque hace dos semanas ganó un set a Palma y le pudo ganar otro”. Siempre hay motivos para bajar del equipaje el exceso de confianza, y ese partido, último en propio feudo de los tarraconenses, es el ejemplo. Por su parte, Molducci, vista la semana, si se dan las circunstancias propias, moverá banquillo: “Si puedo, jugará el segundo colocador y la otra gente que no juega habitualmente, y después, un merecido descanso”.
Tiene bagaje ya con este rival, pero hace ya tiempo de eso: “En la temporada 2004/2005 jugamos la liga regular y también el play off con Tarragona; era distinta la liga porque jugaban por el título los ocho primeros equipos, pero de ese época quedan dos personas todavía que jugaban ya entonces”. Se refiere Piero a los hermanos Stevovski, Vladimir y Aleksandar, que son ahora el primer y el segundo entrenador respectivamente, además de jugadores en pista en las posiciones de colocador y líbero también respectivamente. Además de ellos, metidos en los 40, “Tarragona es un equipo bastante joven que no ha ganado ni un solo partido; no sé cómo están jugando siempre sin ganar y cómo se entrena”.
Cuanto más larga es una racha, más cerca se está de romperla, pero Unicaja no está por la labor de que sea este sábado, por lo que extrema las precauciones: “En su casa, un pabellón que recuerdo oscuro y que no me gustaba diez años antes, pero ahora no sé cómo estará, y además, cuando juega el último contra los primeros, pone todo lo que tiene en el campo”. A la vuelta, más trabajo “hasta el jueves y después una semana de descanso, porque este año se juega en Reyes”. Se ha planificado todo según fechas clave para que “después de cuatro meses se tenga una semana de descanso con su familia, en su casa, durante Nochebuena, aunque estaremos entrenando fuerte de nuevo en Nochevieja”.
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