El Almería ha reanudado la Liga en 2018 con un nuevo éxito en el Mediterráneo, el cuarto consecutivo desde que Ramis dejó el equipo.
Los rojiblancos suben a la décimo cuarta plaza y logran un colchón de 4 puntos con el descenso.
Lucas Alcaraz puso en escena un once y un esquema que hizo aguas por todos lados. Con Trujillo en el centro de la defensa, sólo dos pivotes y Verza como media punta. Este dibujo partió en dos al equipo local mientras que el visitante se sentía cómodo con el balón, pero sin dinamita. Polaco en el minuto 4 a dos metros de la meta le regaló el balón a
René, mientras que Trujillo pedía fuera de juego. Afortunadamente el preparador se percató pronto de que aquello no funcionaba, retrasó la posición Verza y juntó más sus líneas. Poco a poco el juego se fue nivelando y aunque el desarrollo del juego daba la sensación de que los visitantes tenían más y mejores argumentos futbolísticos las llegadas el balón de dividió y el Almería comenzó a mirara la meta de Juan Carlos, gracias a las conducciones de Pozo y a las llegadas por banda de Nano González y Fidel.
El técnico local se ve obligado a realizar su primer cambio en el minuto 29 entrando Mandi para suplir a Morcillo, lesionado, y acertó. Joaquín pasó el eje de la zaga, Trujillo mejoró sus prestaciones y Mando dotó al equipo del equilibrio de que carecía.
Para cerrar el primer periodo una ocasión lamentablemente fallida por Juan Muñoz con todo a su favor y una doble del Lugo salvada por René.
El partido cambió de signo en la segunda mitad, sobre todo en la primera media hora. La sala de máquinas rojiblanca superó la oposición de la lucense y poco a poco el campo se fue inclinando hacia la meta de Juan Carlos. Paso adelante del Almería y atrás de los visitantes que no tuvieron reflejo en el electrónico porque Pozo no acertó con la portería en un gran servicio de Fidel, porque Hicham no supo templar un centro con Pozo solo y porque el palo izquierdo de la meta gallega se interpuso en el camino de un centro envenenado de Pozo.
El Lugo desaparecido en ataque sólo apareció para marcar por medio de Iriome en una acción anulada por falta a Motta.
Pero lo mejor estaba por llegar. El Almería tenía prisa, el Lugo no. Pese a tener que luchar contra el crono equipo y afición creían firmemente en sumar los tres puntos. Rubén Alcaraz mandó un telegrama de aviso a Juan Carlos con un disparo desde la frontal que rozó el palo contrario y lo fusiló en el 90 con un golazo de falta directa que entró por la escuadra. La alegría duró poco. Dos minutos después Motta comete penalti. Lo lanza Fede Vico y René le adivina la intención y lo rechaza para sumir en éxtasis a los jugadores y a la grada.
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