Omar Fraile, vizcaíno de Santurce, de 28 años, vive en una nube. Ganó una etapa en el Giro de Italia 2017, ganó etapas en la Vuelta al País Vasco y el Tour de Romandía 2018… Y desde este sábado ya tiene también su victoria de etapa en el Tour de Francia. Además, en una plaza importante: Mende, en el Macizo Central. Fraile ya juega en las grandes ligas del ciclismo. De paso devuelve a España al palmarés del Tour, después de un estéril 2017. El último triunfo lo había conquistado Ion Izagirre en Morzine en la penúltima jornada de 2016.
Fraile esperó su momento con frialdad, sin entrar en refriegas ajenas. Arrancó detrás de De Gendt en la subida final de Mende: 3 kilómetros al 10,2%. Por delante iba Stuyven, con una ventaja que parecía definitiva. Sólo lo parecía. El vasco se lanzó a por el clasicómano belga, sin ahorrar nada. Tenía marcada esta meta con un rotulador rojo en el libro de ruta. Superó a Stuyven, ya agonizante. Sin tiempo para relajaciones. Por detrás venía Julian Alaphilippe, enfundado en su jersey de lunares, con la victoria en La Grand Bornard ya en el zurrón. Preocupante rival. Fraile mantuvo el tipo y hasta tuvo tiempo para celebrar. Lo hizo señalándose el maillot del Astana, el equipo donde esta temporada ha dado un nuevo salto de calidad..
Omar Fraile era uno de los dos españoles que participaron en la numerosa y consentida fuga del día. El otro también jugó sus cartas, pero se enredó en riñas que acabaron con sus opciones. Gorka Izagirre atacó en la Croix de Berthel, de segunda categoría, que coronó en solitario a 61 kilómetros de la meta. En el descenso enlazaron Stuyven y Slagter. Su perdición. Stuyven abrió hueco mientras que sus perseguidores se miraban: tira tú, yo no quiero, pues yo tampoco… Uno por otro, Stuyven se marchó. Y también la gloria del Tour.
La joven historia ciclista de Mende ya estaba impregnada de un enorme protagonismo español, que Omar Fraile ha prolongado. Se estrenó en 1995, con aquel jaque de la ONCE a Indurain y con Mauri cuarto en la meta después de lanzar a Jalabert a la victoria. Continuó con las victorias de Marcos Serrano y Purito Rodríguez en 2005 y 2010. Hasta Alberto Contador ganó dos veces en esta cima por aquellos años en la París-Niza. En la última visita, en 2015, se anduvo algo más lejos: Rubén Plaza, séptimo.
Aquel 18 de julio, hace tres años, se habló más de otras cosas. De la victoria de Steve Cummings en el Día de Nelson Mandela, de los ataques infructuosos de Nairo Quintana… Y de la agresión que recibió Chris Froome en plena subida, cuando un desalmado le tiró una bolsa de orina al grito de “dopado”. No está de más recordarlo en estos turbulentos días en los que aún se debate de los lamentables sucesos de Alpe d’Huez. El Tour tiene un problema.
Froome, como entonces, volvió a entrar delante, pegado a su compañero Thomas y a su oponente Dumoulin. Los tres ocupan las tres primeras plazas, pero este miércoles comprobaron que hay un cuarto candidato que aspira con fuerza a ese todavía lejano cajón. Roglic les metió unos segunditos en la cima: ocho. Y que nadie olvide que es tan buen contrarrelojista como el trío que le precede en la general. Nairo Quintana, a 10" del maillot amarillo, y Landa, a 29", acumularon nuevos retrasos. No va a ser el Tour del Movistar.
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