Los sueños tienen forma de balón de fútbol en Roquetas

El senegalés Ibra llegó con 13 años y ha dado el salto del Roquetas al Málaga

Rafa Góngora
10:35 • 31 jul. 2018

Ibra es uno de tantos jóvenes africanos que un día dejó su país buscando el bonito sueño de ser futbolista en Europa. Este jovencísimo senegalés, de solo 15 años, llegó a Roquetas de Mar hace ahora dos años; empezó a jugar al fútbol para dar el salto al año siguiente y marcharse al Málaga, donde vivirá su segunda temporada. Está viviendo despierto aquel sueño que un día tuvo en su país.  



Tiene los pies en la tierra y la cabeza en su sitio, pese a su corta edad. Es uno de esos chicos que un día hicieron las maletas, repletas de ilusión, para poner rumbo a España buscando el sueño del balón, el sueño de cualquier niño que quiere ser como Cristiano Ronaldo o Messi. Hoy, Roquetas de Mar, se ha convertido en la puerta del sueño del fútbol para muchísimos chicos. 



LA VOZ ha pasado una tarde de verano en el Castillo de Santa Ana, mirando al mar, y hablando de fútbol y de la vida con un niño llamado Ibra y que, pese a estar ahora en el Málaga, siempre llevará Roquetas de Mar en su corazón, en su alma.



Un niño que, hablando con él, parece una persona adulta y con un corazón agradecido porque Ibra jamás olvidará a aquellas personas que tantas cosas hicieron por él para que saliera adelante en la vida. Un niño agradecido.



Emociones Ibra se emociona recordando su vida en Senegal y explicando cómo llegó a Roquetas de Mar: “Jugaba en Senegal en una Escuela de Fútbol y al mismo tiempo estudiando desde pequeño. Mi padre veía que podía tener futuro en el fútbol y decidió traerme a España. Llegué a Roquetas, pero no tenía ficha y comencé a entrenar, pero no podía jugar. Al año siguiente ya me hicieron la ficha y jugué en el infantil del Roquetas. Luego me fichó el Málaga para jugar en el cadete”. 



Roquetas de Mar siempre irá en su corazón: “Roquetas significa mucho porque vaya donde vaya y por muchos años que pasen siempre recordaré mi primer año aquí cuando llegué de Senegal. Tuve y tengo personas maravillosos en Roquetas de Mar y la verdad es que me trataron muy bien. Esta ciudad siempre será mi casa. Roquetas me abrió el sueño para ser futbolista. Cuando llegué aquí no tenía a toda mi familia y los roqueteros me dieron todo; tengo otra familia aquí, por lo que estoy muy contento. Esta ciudad es inolvidable para mi”.



Sueña todos los días con ser un gran futbolista: “Roquetas de Mar me dio la posibilidad de intentar alcanzar mi sueño. En África no tenemos las mismas posibilidades, pero aquí sí. Muchos amigos de Senegal querrían estar donde yo esto hoy en día. Todos los días le doy las gracias a Dios de la oportunidad que me he dado en la vida y voy a luchar para conseguir el sueño que tengo”. Es una persona muy agradecida: “Mis padres me enseñaron a ser una persona agradecida en la vida y con las cosas que la vida nos regala. Siempre hay que decir gracias porque la vida nos da oportunidades y eso hay que agradecerlo siempre, en todo momento, y sobre todo agradecer a las personas que nos ayudan”.



Roquetero
Admira a los roqueteros: “Me gusta mucho cómo viven los roqueteros, cómo se relacionan con las personas y aquí hay mucha gente de otros países, pero todos se llevan bien y eso es muy bonito. En Roquetas no hay racismo, es una ciudad maravillosa y con unas gentes muy buenas. Eso jamás lo olvidaré ni tampoco se me olvidará el primer año que pasé aquí después de llegar de Senegal”.


Volvemos a la vida para hablar de esas personas especiales que tiene en Roquetas de Mar: “María es una mujer muy especial en mi vida desde que llegué aquí. Ella me dio todo cuando llegué; es casi mi madre. Ella me llevaba a entrenar, luego me llevaba a casa porque mi padre estaba trabajando. Sin su apoyo hoy no estaría donde estoy, eso lo tengo muy claro”.


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