Para cuando el balón alza el vuelo por primera vez y los jugadores comienzan su misión, otro ‘equipo’ ha pasado antes muchas horas de preparativos, pero además continúa alerta para que todo lo que envuelve al juego salga perfecto: montaje de la pista, seguridad, acceso, apartados sanitario y audiovisual… Justo a falta de una hora para el inicio del encuentro, la música resuena en el interior del recinto y recibe a ambas plantillas para el calentamiento. La grada comienza a poblarse de aficionados, y entre medias un nutrido grupo de personas uniformadas da el último repaso a cada rincón del Moisés Ruiz. En el acceso al mismo ya lleva un rato Mari Ángeles San José Iribarne, que es todo corazón y alma, amabilidad en la taquilla.
Se trata de una de esas personas entrañables y fundamentales que lleva su labor más allá de vender entradas: “Estoy para todo lo que haga falta porque me gusta mucho ayudar y lo hago desde que Univoley y Unicaja se cogieron de la mano”. En su filosofía vital predica que “el deporte es todo en la vida”, y confiesa vivir el día del encuentro con nervios, “primero por hacer las cosas bien y después por el resultado, claro”. Llega al Moisés dos horas antes de que dé comienzo y desde que vende la primera entrada, promociona ‘fidelidad’: “Le digo a quienes compran que es mejor sacarse el abono, evitan las colas y les sale más económico, porque quien va, se queda”. Valor añadido del club, es toda una vida vinculada al mismo.
Pero además de ella hay otro personaje legendario e imprescindible que conserva archivados en su memoria todos los grandes momentos de 30 años de historia en la máxima categoría. José Luis Viedma es todo un ‘clásico’, querido y respetado en el ‘mundo vóley’ y amamantado en la pista del Rafael Florido: “Tuve la suerte de ser de esos niños que participaban activamente durante los partidos cuando el ascenso, como recogepelotas en esos momentos, llevaba el marcador incluso, cosa que 30 años después sigo haciendo”. El hombre que todo el mundo querría para su club, fiel a los colores y comprometido, ha sido todo en Unicaja, delegado de campo, entrenador de juveniles, segundo entrenador con Piero Molducci…
Inagotable, Viedma se limita a sembrar amistades y disfrutar: “Tengo un vínculo espectacular con tanta gente dentro de Unicaja que cuando llegan los partidos lo que realmente me apasiona son las previas, vivir desde el lunes la jornada, cómo los jugadores van llevando los entrenamientos, cómo a veces las lesiones o las enfermedades trastocan los planes del entrenador, cómo se buscan soluciones, y cuando llega el sábado eres consciente de tu equipo, pero es más, lo veo desde el análisis del rival, es decir me apasiona también saber cómo está el contrario; veo el partido de una manera que invitaría a la gente a que lo vea igual que yo”. Invita a la gente a abonarse, armado con una serie de argumentos de peso.
En ese sentido, pide que “se llene el Moisés Ruiz con la ilusión de un proyecto que está empezando nuevo, con gente de Almería, con gente que desde juveniles ha empezado aquí y que a día de hoy es realidad; aparte de grandes jugadores, son grandes personas, y viéndolos con esa motivación, con las ganas de comenzar a trabajar con Manolo Berenguel… hacen que este proyecto sea muy bonito”. De la misma opinión es Alicia Soler: “Estoy segura de que si la gente fuese al pabellón y viviese los partidos desde dentro, en las gradas, se ilusionaría y repetiría cada fin de semana; necesitamos a los almerienses vestidos de verde todos los partidos y dejándose la voz en animar al único equipo que les lleva la máxima competición”.
Tras ser parte del dispositivo de acceso, organiza el palco con una idea clara en la mente: “No hay nada mejor que hacer un sábado por la tarde que ir a disfrutar y vivir el vóley en directo”. Su pasión es complicada de llevar en su puesto durante el encuentro: “Para mí es un placer formar parte, en cierta medida, de Unicaja, el poder ayudar con un pequeño grano de arena, y vivo el partido como lo viven los jugadores, los mismos nervios, pero con ganas de poder disfrutar viéndolos jugar y de ganar; lo de ser 'neutral' me cuesta un poco porque es difícil no poder animar punto a punto en cada partido por ser colaboradora”. Se confiesa “ilusionada” ante la temporada: “Almansa me transmite optimismo con el equipo que se ha hecho”.
El ‘comodín’ de cada montaje de partido se llama Jesús Fernández, el ‘Chino’, que es el más reclamado en los momentos previos, feliz de encontrar soluciones y de ser parte activa de un sueño compartido: “Para mí Unicaja es intensidad, ilusión, carácter, emoción y sobre todo alegría, es una paleta de color en la que todos los almerienses nos vemos reflejados”. Se toma muy ‘a pecho’ su labor: “Cada vez que voy a pista, voy con nervios y ansioso de que todo salga bien, y no solo en el resultado del juego sino en el devenir del evento; ver jugar a esos jugadores, como expanden por la pista ese gran juego desde mi posición tan privilegiada es un gran honor para mí, y un privilegio el pertenecer a esta gran familia del voleibol”.
‘Chino’ también es testigo de los 30 años desde el ascenso: “Desde pequeño he participado en este deporte y he ido a ver a jugar a Unicaja desde sus inicios, aun siendo de un club rival, eso sí, me desgañitaba como el que más en las gradas, ya que en ese momento no había rivalidad alguna, sino el máximo exponente de mi deporte y ciudad en la pista”. Feliz de unirse a la entidad verde, no guarda nada en los días de partido: “Desde el primer día en el que empecé lo di todo para llevar muy alto el nombre de Unicaja y el de Almería por todos los rincones de España y Europa, y siempre estaré muy agradecido a todos los miembros del club porque nunca me hicieron sentir un extraño”.
Como no, también llama a la grada: “Animo a la gente a ver a Unicaja, ya no por llamarse así sino por el apellido que lleva, ‘Almería’, ya que el éxito del club es el éxito de la ciudad y de la provincia, y llevar la bandera de ser uno de los grandes exponentes del deporte almeriense es un honor”. Igualmente identificado se siente Fernando Calón, responsable de streaming: “Para mí es un orgullo colaborar en este club porque no se trata solo de realizar mi tarea de la mejor manera posible, sino la oportunidad de dar solución a los retos audiovisuales que plantea esta competición, lo que me permite sentirme parte de un equipo legendario dentro del deporte nacional, deportivo, competitivo y campeón”.
Calón subraya que “estas son sus señas” y confiesa: “Me encanta sumar con ellos y esta temporada esperamos retransmitir toda la emoción de los partidos de casa y la alegría de los títulos conseguidos, así que si no puedes venir al pabellón, disfrútalo en la web”. Ese gran producto visual cuenta con Moisés Martínez en el apartado de fotografía, cuya identificación con los valores del club es total: “Ser fotógrafo de Unicaja es un honor, y con letras mayúsculas, porque como todo el mundo sabe, estamos hablando del club más laureado del voleibol español, y al ser fotógrafo deportivo aspiras a fotografiar a grandes deportistas, como es el caso, y poder poner tu granito de arena para que este deporte tan maravilloso se expanda lo más posible y como se merece”.
Disfruta de cada disparo: “Los partidos para mí son días maravillosos porque vas a ver al cuerpo técnico, a los jugadores, que ya son amigos, y compartir con ellos toda esa ilusión que tienen por todos los trofeos en los que participan; realmente me lo paso fenomenal porque es un deporte que me encanta y sobre todo porque fotografiándoles, es un deporte que te exige lo máximo debido a la velocidad y a la explosividad del juego; busco esos momentos únicos, esos gestos, los momentos especiales; congelarlos en el tiempo es un reto que exige no perder concentración; además espero muchísimo de este año, no se le puede pedir más a Unicaja al ver la maquinaria que tiene engrasada, hecha para competir al máximo nivel”. Moisés elogia a Berenguel por ser “un referente y un ejemplo en la vida y en el deporte”.
Desde el seno de Unicaja Almería, su gerente Francisco Sáez ha destacado que “la organización de un partido de voleibol supone un gran esfuerzo por parte del club para garantizar que todo se desarrolle con normalidad”. Ha precisado que “si bien el público no lo aprecia, hay una treintena de profesionales y voluntarios detrás del evento sin los que no sería posible disfrutar de este enorme espectáculo deportivo”. Es por ello que ha aprovechado la ocasión para “agradecer en nombre del club el encomiable esfuerzo que hacen, sin el cual nada de esto sería posible”.
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