El primer título para el Barça cayó en una final que se presentaba como histórica por las circunstancias en las que se jugaba y que acabó siendo un monumento al suspense. Venció el Barça por 2-1 tras sudar la gota gorda y remontar el partido a un muy buen Sevilla que maquilló la mala imagen ofrecida en la final de Copa y que estuvo a punto de forzar una prórroga, pero Ter Stegen detuvo el penalti a Ben Yedder.
Si esto es el aperitivo de lo que nos espera a partir del fin de semana, nos lo vamos a pasar bien. Como si fuera una mañana de reyes, no nos pudimos esperar para abrir el nuevo regalo que nos trae la temporada y a los ocho minutos, después de un inicio en el que el Barcelona sobó la pelota sin prestársela al Sevilla, llegó la ocasión de usar el VAR. Perdió Busquets un balón en zona comprometida y el Sevilla, que apenas había olido el cuero hasta el momento supo que era ahora o nunca. Muriel encaró a la defensa y retrató a Lenglet con un caño que dejó a Sarabia solo ante Ter Stegen. El asistente de banda levantó la bandera, pero desde el VAR se dejó bien claro que el gol era legal. El juguete estaba estrenado y el partido se le ponía cuesta arriba al Barcelona.
Visto como le había funcionado el invento, el Sevilla no cambió su plan inicial. Eso provocó un dominio claro del Barcelona, que tenía en Messi su faro para crear peligro. Su conexión con Alba, no por vista cientos de veces, parece fácil de desactivar para los rivales. Además, Dembélé se mostró muy bullicioso por su banda.
Pero al Barcelona le faltaba acierto en los metros finales donde Suárez evidenció la falta de entrenamientos. Poco a poco, la entente entre Arthur y Messi empezó a acular al Sevilla y una falta a pocos metros de la frontal supuso el anuncio del gol del empate para el Barça. hay tantos porteros del Sevilla que han sufrido esta misma jugada que tarde o temprano Vaclik tenía que encontrarse con ella. Messi disparó, el balón fue al palo y el rechace lo cazó Piqué para marcar el empate, en una jugada que también requirió el suspense de consulta al VAR. Lo difícil parecía hecho, pero el Sevilla pudo haberse ido al descanso de no mediar un paradón marca de la casa de Ter Stegen que evitó el segundo de Sarabia. El Sevilla dejaba bien claro que no se rendía y la defensa del Barça, especialmente Semedo y Lenglet, daban síntomas de fragilidad.
Para dar consistencia al juego del Barça y evitar esos sustos salió Rakitic por Rafinha en el inicio de la segunda parte y a los siete minutos fue Coutinho el que entró por Arthur. Pero el resultado no fue el esperado por Valverde y el encuentro seguía abierto. Machín también jugó sus cartas e hizo debutar a André Silva al que sustituyó por Muriel.
El partido vivía en el alambre. Vaclik respondió con una buena parada su segunda cita a una falta con Messi y un disparo de Dembélé mientras que el Mudo Vázquez cabeceó a la parte superior del larguero un córner.
La final llevaba camino de decidirse por piernas y ahí, el Sevilla parecía más rodado. Machín volvió a arriesgar y se jugó la carta de Aleix Vidal, que redebutaba contra sus ex compañeros, pero fue Dembélé el que firmó la reivindicación de la noche con un golazo desde fuera del área que supuso la única manera de romper el muro de Vaclik a 12 minutos para el final. Fue tan incontestable el golazo que no hizo falta ni el VAR. El galo apuntaba a figura del partido, hasta que Ter Stegen evitó el empate parando el penalti que él había provocado.
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