Ha tardado en llegar pero viene de perlas para el nuevo modelo del Almería. La última vez que ganaba un partido en Liga el equipo fue en el Estadio del Mediterráneo al Granada por 2-0 y con Fran Fernández en el banquillo.
Juan Muñoz fue el autor de los goles de aquel partido y se daba un paso más hacia la permanencia en Segunda División tras la dimisión de Lucas Alcaraz y el regreso del hoy entrenador rojiblanco.
Aquel Almería era otro. Más irregular y casi sin apego con una afición que miraba cada partido con temor por ser su equipo imprevisible y siempre a merced del contrario.
OTRO MUNDO
Hemos pasado de un equipo sin apego a un nuevo modelo donde la afición hace su papel levantando al equipo en los partidos
La victoria frente al Granada como la de este domingo frente al Zaragoza se conseguía con sufrimiento pero sabe mejor ya que nos hemos acostumbrado a vivir al límite y le tomamos el 'gustillo' a sufrir para vencer.
Se lo merece todo nuestra afición que nunca abandona a su equipo y ha sostenido la ilusión rojiblanca en los últimos cuatro campeonatos. Siempre por encima del equipo frente al Zaragoza cuando el equipo bajó la guardia le levantó con aplausos.
Han pasado cuatro meses y tres días para volver a disfrutar de una alegría. De un lunes de aquellos de los buenos tiempos con otro Almería que solo mantiene al portero de la pasada temporada.
Triunfos como el celebrado ante el Granada y como el vivido frente al Zaragoza hacen afición.
El fútbol es puro sentimiento.
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