Prácticamente recién llegado a Almería desde Georgia se subió al autobús para ir al encuentro de una pista en la que había estado una semana antes, pero vestido de rojo. Fran Iribarne ha pasado una Navidad “corta e intensa”, según él mismo lo define, pero ante todo en su foro personal “distinta también al haber estado fuera de la familia”. Se ha dedicado durante estos días a clasificar a España para la cita clave del Europeo de este mismo año, que se jugará en septiembre y donde está claro que quiere estar: “Lo espero, aunque sé que es muy difícil porque todos los jugadores quieren jugar un Campeonato de Europa y al ser tan joven lo tengo más difícil, pero por trabajo no será”. Ese es el que realiza con creces en Unicaja.
El receptor tampoco ha perdido el tiempo a bordo de la Selección Española, con la misión muy clara en los dos ámbitos individual y grupal. El combinado nacional ha sellado su pasaporte para la máxima competición continental por selecciones, una de las más potentes del mundo, pero al mismo tiempo ha continuado con su plan de crecimiento como jugador: “Han sido pocos días de concentración pero a la vez muy aprovechados, ya que el tiempo que he estado me ha servido también para no perder ritmo de cara al club”. Ya de regreso, la primera semana ‘normal’ se vive “lleno de orgullo y sobre todo satisfacción por haber podido pertenecer al grupo que ha conseguido clasificar a España para ese Europeo tan soñado”.
Lo encontrado a la vuelta ha sido duro, con una derrota en Teruel que supone que se pierda la condición de invicto y en la que no tuvo minutos: “Obviamente me duele mucho el no haber tenido la oportunidad de jugar y demostrar que se puede
confiar en mí, pero por supuesto la derrota duele más aun, porque no fuimos ni la mitad de la mitad de lo que somos realmente como equipo”. Joven, sí, pero con la capacidad de la autocrítica y la valentía de afrontar los problemas para mejorar, lo tiene claro: “No supimos competir; era un partido en el que teníamos que haber salido con las cosas claras y realmente no supimos hacerlo como se debía, pero esto nos sirve solo para mejorar y darnos cuenta de lo que de verdad nos hace falta para competirle a los grandes fuera de casa”. Quedan más oportunidades.
De hecho, el calendario ha marcado una segunda vuelta en pistas muy difíciles y el aprendizaje ya está hecho, teniendo en cuenta que, tras once victorias sobre las mismas once jornadas, la racha se podía cortar en cualquier momento: “Es algo que podía pasar perfectamente, ya lo sabíamos, pero no es menos cierto que se puede perder de diferentes formas”. En ese sentido, Fran Iribarne no tira la derrota sobre el lamento, sino que la deposita sobre los objetivos: “Ya sabemos lo que no hay que hacer y tenemos claro cómo preparar los partidos para que en el próximo no nos pase igual”. Su confianza en el actual Unicaja, por tanto, está intacta.
El receptor almeriense aplica las dosis de autocrítica necesarias, que son buenas tanto en la victoria como en la derrota, sin olvidar por un solo partido todo lo que se ha conseguido hasta el momento, como es ser cabeza de serie en la Copa del Rey. Este título le motiva especialmente y ya hierve por dentro al focalizar la cita de semifinales en Melilla: “Por supuesto, ya que es algo en lo que es inevitable pensar, siempre teniendo claro que no se olvidan los partidos que hay antes de la Copa, pero, queramos o no, es una gran motivación”. Para Iribarne, el rival contra el que jugarse el pase a la final le es indiferente: “Los dos son muy parejos y en la Copa del Rey cualquier equipo es capaz de todo”.
Por tanto, el ‘5’ verde en su preferencia no tiene ni a su ex Melilla ni al ‘revelación’ UBE L’Illa Grau, sino a la mejor versión de Unicaja Almería: “Lo primordial tengo claro que es preocuparnos por nosotros y de que nuestro juego fluya”. Como bien ha apuntado antes, eso debe consolidarse de nuevo tras el parón navideño en los encuentros que restan antes de la cita copera, comenzando este sábado ante uno de los dos conjuntos recién ascendidos, pero que está en plena evolución: “Toca depositar la mente Manacor y pienso que es un equipo que con la incorporación del colocador que han fichado -Pedro Zanchetta- ha ganado mucho en su juego, es mucho más competitivo y seguro que va a dar muchas sorpresas”.
Es el momento de que Unicaja retome el camino del triunfo, y para ello espera un partido reñido que en gran medida está en manos de lo que el propio bloque verde plantee sobre la pista: “Tenemos que salir concienciados de hacer bien nuestro juego y no perdonar ninguna oportunidad, ya que, como sabemos, CV Manacor va a venir a dar su cien por cien a nuestra casa y a complicarnos todo lo posible”. Eso sí, el escenario es ‘el templo’ de los ahorradores, al que no se regresa desde hace un mes: “Seguro que esa vuelta será muy buena, ya que los aficionados y también nosotros los jugadores tenemos ganas de volver a empezar en el Moisés Ruiz y de continuar construyendo el fortín que ha sido hasta el momento”.
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