Un monitor deportivo me preguntó hace sólo unos días sobre qué era lo que más me gustaba de los cuatro años gestionando deporte en Níjar, y bueno, por ridículo que parezca quizás una de las cosas que más me ha llenado sea la más inocente de todas las actividades que hemos programado, es decir, las Olimpiadas Escolares. Verán, si quisiese sacar un rendimiento político de lo hecho en estos años lo más natural es que señalase la Trail Cabo de Gata Níjar, con sus casi mil participantes, que se ha convertido en una de las mejores pruebas del calendario nacional. Y si fuese por número de participantes las escuelas deportivas de verano agrupan en sus distintas fases más o menos los mismos que la trail, pero quizás el hecho de elegir las olimpiadas escolares es precisamente porque configura de alguna manera la puerta de entrada hacia todo lo demás.
En Níjar no es fácil gestionar deporte. Su enorme extensión hace que los núcleos urbanos que otros municipios entienden como barriadas en nuestro caso son pueblos completos, con miles de habitantes cada uno de ellos e identidad suficiente para contar con oferta deportiva propia. Esto implica instalaciones, programación a su medida y un continuo trasvase de chavales de uno a otro lugar para que aprovechen el municipio en su conjunto, para que no ciñan su visión, sus expectativas, sus posibilidades, a lo que les quede más cerca de casa. Aquí tenemos instalaciones deportivas desde Aguamarga a Pujaire, pasando por la Venta del Pobre.
Las olimpiadas intercentros son de alguna manera ese primer paso en el que los niños, a modo de juego, toman su primer contacto con la competición entre vecinos, con la convivencia entre centros y los valores que trasmite cada disciplina deportiva.
Es el evento donde les damos a conocer a esas personas que siendo de Níjar han destacado en el deporte a nivel nacional e internacional, desde el fútbol femenino a la halterofilia, pasando por el baloncesto o el motor y que, por primera vez en nuestra historia como pueblo, son reconocidas en el mismo pleno de la corporación.
Atendemos las demandas de más de treinta asociaciones con más de setecientos miembros que promocionan diversas disciplinasa, y de hecho podemos decir que tenemos suerte, mucha suerte, porque contamos con el Club Deportivo Atalayas del Levante que es sin duda uno de los grandes promotores de eventos y actividades deportivas de Almería pero desde aquí, desde nuestro municipio.
En cuatro años hemos demostrado que el deporte es, de hecho, una de las mejores herramientas para fomentar la igualdad, aunque también es cierto que los logros del fútbol sala femenino o el boom en gimnasia rítmica ayudan a ello de manera espectacular.
Decidir con qué te quedas de estos cuatro años es complicado, porque nunca he visto a tanta gente tan entusiasmada como con las pruebas de motor que hemos llevado a cabo, o la ilusión de los más de doscientos chavales que viajan a final de temporada, desde Níjar, a los campeonatos nacionales de fútbol.
Y la mejor experiencia de todas, la que más me llena como concejal, es que se haya convertido en un hecho habitual la celebración de eventos deportivos solidarios, actividades en las que se recauda para familias necesitadas de Níjar.
En cuatro años al frente de la concejalía de Deportes de mi pueblo quizás lo correcto sería decir lo que me dijo mi alcaldesa el primer día: “Sergio, sobre todo, hagas lo que hagas, que te llene,
que te sientas satisfecho de haberlo organizado porque veas que la gente, tus vecinos, ven que te has dejado la piel haciéndolo”. Pero igual lo mejor de estos cuatro años es, sencillamente, haber tenido la oportunidad de experimentarlo.
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