No hay mejor preparación para afrontar el mayor reto que haberse medido y haber sido al menos igual, si no mejor, al que parecía llegar más fuerte en ciertas facetas. Ibiza sacaba como nadie… hasta que Unicaja Almería le ha pagado con la misma moneda. Los de Molducci defendían sobre cualquier otro rival de la Superliga, algo que los de Berenguel han nivelado e incluso superado. El sostén del K-1, pese a un gran elenco de sacadores, a veces se ha producido de manera sencilla y en muchas ocasiones ha llegado tras tres o cuatro intentos, bien con la iniciativa en el ataque o bien a raíz de defensas de las que levantan a la grada. Los rallys han sido muchos y bonitos, dejando claro lo complicado que es hacer punto cuando se cruzan en su camino dos sistemas tan bien trabajados.
A Ronald Fayola, opuesto de los ahorradores, no le ha sorprendido en nada el buen hacer de su adversario en semifinales: “Ya lo sabíamos mucho antes de llegar a los play offs; Ibiza sabía que tenía equipo para pelear cualquier partido, ya que nos dio cara en las jornadas ‘de ronda’, lo que consiguió una vez más en la eliminatoria”. Es atacante nato, pero ahora, visto lo visto, puede sumar a su currículum una enorme actitud defensiva, con balones que han sido origen para que los compañeros sumen, incluso invirtiéndose los papeles si las circunstancias del juego así lo han obligado. Lo ha dado todo, y eso es irreprochable: “La verdad, primera vez que juego muchos sets para poder llegar a una final; los diez últimos fueron de mucha intensidad”. No se ha dejado nada en el tanque de combustible.
En referencia a los números generales de ambos equipos en todos los partidos, el equipo ahorrador ha sumado 417 puntos frente a 393 del pitiuso, con paralelismo en referencia a los saques efectuados, 413 verdes por 393 precisamente amarillos. Si un arma clara de los ibicencos ha sido precisamente el peso de su servicio, en la serie Unicaja ha sido capaz de devolver la moneda, puesto que se han sumado 23 aces almerienses ante 24 baleares. Muy nivelado ha estado también, como era de esperar analizados todos esos datos previos, el binomio saque-bloqueo, con nada menos que 46 puntos sobre la red de los de Berenguel y 44 de los de Molducci. El enaltecimiento de las defensas se puede ver en parte en los 50 contraataques que jugaron los blanquiverdes en el último partido, por 60 de su adversario.
Esa diferencia fue más amplia en el tercer encuentro, con 61 y 39 para cada lado, no fue tal en el segundo, con empate a 35 a una distancia de tres sets, mientras que en el primero Unicaja estuvo por delante con 60 por 56 de Ibiza. En el cómputo de la serie completa, los pitiusos han tenido 212 ‘oportunidades extra’, 28 más que los verdes, pese a lo que el pasaporte final ha sido para Fayola y sus compañeros. El venezolano quiere valorar precisamente ese enorme valor que ha intentado hacer determinante el equipo ibicenco: “La verdad es que creo que no hay otro equipo tan difícil como el Ibiza con el que nos hayamos enfrentado, un equipo que juega muy a la defensa, y creo que eso precisamente es lo que le hace tan bueno”. De cara a la final, ha sido una extraordinaria prueba de fuego así vista por la plantilla.
El esfuerzo generoso de los jugadores ahorradores en el aspecto físico ha sido clave y se ha hecho notar en todo el cuerpo, no solo en las piernas. “Reconozco que he acabado muy cansado tras los diez sets en dos días, lo que es muy fuerte”, asegura un Ronald Fayola que, eso sí, ya pasado lo disfruta más: “Creo que de esta manera saboreamos mejor estar nuevamente en otra final”. En menos de 24 horas ha sido necesario concentrar un enorme desgaste que le ha hecho rememorar lo sucedido en la Copa del Rey, en la que se jugó un set menos, eso sí, y en la que la sensación de máxima tensión no fue tan en el extremo: “Sí, parecido a la Copa, pero fue menos fuerte al final, lo recuerdo perfectamente”. Una cosa llega a la otra, y le habría sido más práctico a los ahorradores jugar todo seguido por estar metidos en ritmo.
En ese sentido, el opuesto venezolano prefiere la continuidad al descanso, pese a que ha sido un gran desgaste el sufrido frente a Ibiza: “La verdad es que opino que no se agradece el parón, se hace un poco más largo, pero bueno, es lo que está y debemos de aprovecharlo para poder tomar energías después de los dieciocho sets jugamos a alta intensidad”. Claro, lo que subyace en el fondo es la adrenalina y la gran confianza generada por haber conseguido con tanto sufrimiento y con un gran trabajo el pasaporte a la final: “Ahora estoy con muchas ganas de salir a la pista y de tirar lo último, y demostrar que sí podemos”. Se espera “partidos muy duros de nuevo”, pero también la mejor imagen de Fayola: “La verdad, sí es ya es hora”.
Por último, en cuanto al análisis del rival, lo que más le gusta de Teruel es todo el trabajo que se aprecia que tiene acumulado: “Lo veo como en la Copa; es un equipo muy organizado en su juego”. Eso sí, en el Torneo del KO ambos jugaban fuera, lo que ahora no será igual por el factor cancha: “Es una desventaja para nosotros porque vamos a su casa, donde ellos saben jugar mejor, donde su público los ayuda mucho… pero creo que nos vendrá bien para terminar de cerrar nuestro juego fuera y saber que sí podemos”. Unicaja llega “viendo con claridad lo que buscamos”.
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