Demasiado grande como para concentrarlo en palabras, en el Club Voleibol Unicaja Almería se ha ganado el derecho, a lo largo de los años, de vivir un momento mágico que pase a los anales de la historia del deporte español. El más laureado de todos, el único equipo de este país que ha jugado una final de la Copa de Europa y que ha levantado 29 entorchados nacionales, sabe mejor que ninguno que de las rentas no se vive, sino de la lucha. La leyenda verde incluso se ha forjado más en las derrotas que en las victorias, por muchas que estas hayan sido, y por ello no hay temor de cara a la décimo tercera final consecutiva de la Superliga, la vigésimo segunda de su historia. De eso precisamente se debe hablar en los momentos previos a que se alce el vuelo en Teruel, porque el objetivo va más allá y el triunfo sería más grande.
De lograr doblegar al rival de la última década, un admirable CV Teruel que en su haber anímico también ha tirado de recuerdos para refrescar que hace diez años de su primer título, que fue precisamente el liguero y conquistado por el ex ahorrador Novillo en el Moisés Ruiz, el Club Voleibol Unicaja Almería alcanzará un sueño, una cifra redonda, el ’30 sobre 30’. Tras la conquista de la Copa del Rey en el mes de febrero, los blanquiverdes se pusieron a las puertas de un túnel del tiempo que se abre ahora en Los Planos. Sí, un héroe del ascenso, cuyo trigésimo aniversario se ha cumplido este mismo mes de abril, puede cerrar el círculo, y además dirigiendo al bloque ‘más de la tierra’ que se ha tenido en los últimos años. Por lo tanto, este es el Unicaja más parecido a aquel de 1989, cargado de almerienses que además tienen y van a seguir teniendo mucho protagonismo en la pista.
Los datos están ahí, la historia está para admirarla, pero los retos se fabrican para afrontarlos y conquistarlos. Manolo Berenguel tuvo consigo a sus compañeros del ascenso en el segundo partido de la durísima serie semifinal contra Ibiza, y fue feliz cuando se le comparó con Moisés Ruiz. Ahora, a las puertas de la final, de ese túnel del tiempo, es probable que deba tirar con ‘niños’ de Almería para tumbar a todo un gigante que defiende título. Pero no solo escribiría un capítulo extraordinario en los relatos ahorradores, sino que se abriría a si mismo la historia. Sería, de vencer, el primer entrenador en ganar las dos máximas competiciones nacionales, puesto que en 2015 revalidó el título del Naturhouse Ciudad de Logroño en Superliga Iberdrola femenina y este 2019 aspira a levantar el duodécimo título de Superliga Masculina.
Sí, van 29 y pueden ser 30 desde que se pisó por primera vez la entonces División de Honor gracias al propio Berenguel y sus compañeros almerienses más dos que eran los ‘extranjeros’, un gallego y un madrileño. Si la cuenta se hace a partir del primer título, que fue la Copa del Rey en 1995, la media sale a más de un título por año, con esos 29 o posibles 30 en 24 años. En cuanto a más cifras, de las finales que se han jugado por ahora, 21, se han ganado la mitad y un pico, 11, ante Teruel en los últimos tiempos, Son Amar Palma, Numancia Caja Duero de Soria, también con la denominación de Caja Salamanca y Soria -la primera en la 96/97-, Guaguas Las Palmas y Arona Tenerife Sur. La mejor racha ha sido de nada menos que seis títulos consecutivos entre la 1999/00 y la 2004/05, con vacío hasta la 2012/13.
Entre los dos adversarios que ‘inician hostilidades’ sobre la pista este sábado y este domingo, ambos desde las 19.00 horas y con el arbitraje de Juan Mario Bernaola y de José Luis Arrarte, que se cambiarán el papel de silla, han sido 9 finales, de las que los turolenses han ganado 6 y los almerienses han vencido 3. Unicaja ‘pasó de perder contra Drac Palma CV Portol dos títulos seguidos a hacerlo ante Teruel por otros cuatro más, ‘reaprendiendo a ganar’ a la quinta. Pero lejos de lo que la pobreza de mente pueda llevar a pensar, ha resultado una alegría la potente aparición en el panorama nacional del bravo club turolense en la temporada 2006/2007, valorando en alta medida, como merece, sus numerosos logros y su sostén en lo más alto de la máxima competición nacional, más su papel en competición europea.
La grandeza de los triunfos reside en gran medida en la del adversario que se tiene en frente, y por eso esta ‘docena’ de títulos sería de gran valor por muchos motivos, pero también por el ‘plantillón’ que tiene Teruel. Muy definido su equipo titular, las referencias en ataque son las del opuesto, ex ahorrador en varias ocasiones, Andrés Villena, y del receptor eterno -cumplirá 40 años en octubre- venezolano, Thomas Ereu. La duda está en quién será el segundo ‘cuatro’ en pista, si el más habitual, el montenegrino Radunovic o el joven valor Víctor Rodríguez, titular en el tercer partido ante Palma para cerrar la semifinal. En la dirección de juego estará Rangel, un gran distribuidor y sacador, con notable presencia en la red. Los centrales son también dos ex de Unicaja, muy conocida su calidad, Pablo Bugallo y Miki Fornés.
El líbero, que ha cumplido con matrícula de honor el difícil papel de cubrir el triste hueco dejado por Vinicius, es Aarón Gámiz. Pero el banquillo naranja es de ‘armas tomar’, con Renato Colito como el opuesto suplente, Máximo Torcello como cuarto ‘cuatro’, el joven colocador Milan Jovanovic, que ha mantenido a su equipo durante la larga baja del mexicano Rangel, y José Vicente Cabrera, a la sombra de los dos centrales. Como dato curioso, la media de edad del equipo inicial de Rivera en Son Moix fue de 28 años, uno menos que el normal por el cambio de Víctor Rodríguez por Balsa Radunovic, mientras que el de Unicaja en el cuarto partido de Ibiza, dada la feliz irrupción de Rubén Lorente tras haber sido vital en la primera vuelta, fue de 25 años, con dos titulares con 20 años iniciados al vóley en la cantera ahorradora.
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