Kike Burgos, aquel porterazo de Barakaldo que se vino al sur

Llegó hace 18 años para jugar en el Poli Ejido...y aquí se quedó

Papá Kike con el pequeño Iker en su etapa en el Athletic.
Papá Kike con el pequeño Iker en su etapa en el Athletic. La Voz
Rafa Góngora
14:20 • 25 may. 2019

Recuerda el día que llegó a Almería (¡hace 18 años!) como si fuera ayer. Vino para jugar en el Poli Ejido en Segunda y aquí se quedó para siempre. Hablamos del gran Kike Burgos, que llegó a El Ejido con su mujer Marta, su hijo Iker, que tenía por entonces solo 8 meses (hoy juega en el juvenil del Almería) y su hija Andrea.










Kike es puro corazón, un vasco auténtico
, de esos que son amigos de uno para toda la vida, para siempre. LA VOZ se ha colado en su corazón para hablar un poquito de fútbol y también un poquito de la vida. Se emociona cuando el día que llegó a Almería: “Vino al aeropuerto Martín Doblado para recogerme; aquel día hacía mucho viento en Almería, Martín Doblado iba un poco rápido con el coche (risas) y yo pues iba un poco asustado... me acuerdo como si fuera ayer”.




Hizo carrera en la portería del Poli Ejido: “Estuve cinco años; primero firmé tres  y luego otros dos, más otro año de entrenador de porteros y otro de director deportivo”.







Llegó a El Ejido para quedarse: “Quería marchar para el norte cuando acabé la carrera deportiva en el Poli Ejido porque allí hay más posibilidades a la hora de encontrar equipos, pero mis hijos se pusieron a llorar cuando comenté que volvíamos al norte; soy blandito de corazón y aquí seguimos”.  




Almería en el corazón
Kike Burgos es un tipo agradecido, muy agradecido: “Tenemos grandísimos amigos aquí y eso también fue una de las razones para quedarnos en esta tierra tan bonita. Siempre digo que la familia es muy importante en la vida, pero las amistades también lo son; tenemos grandes amigos en Almería, donde nos sentimos muy cómodos, tanto mi mujer como mis hijos y yo”.




No descarta nada en el futuro: “Hace unos años me llamaron de China para trabajar allí, también pude ir a Ucrania, pero era una situación complicada porque mi hija Andrea comenzaba a estudiar en Granada mientras que Iker estaba jugando en el Valencia, mi mujer en Almería... y eso de repartirnos por toda Europa no lo veía, ya que la familia es primordial en la vida y entiendo que siempre debe estar muy unida”.




Etapa celeste
“Guardo muchas cosas buenas de mi época en el Poli Ejido. El primer año con Paco Herrera fue sensacional con un ambiente muy bonito en el vestuario”, apunta con algo de emoción.


Está en La Mojonera: “Tengo el título nacional de entrenador, el de preparador de porteros... pero el mundo del fútbol está complicado. Llevo cuatro años en La Mojonera, donde soy muy feliz con un gran ambiente en el club”.


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