El ‘objeto del deseo’ ha tenido motivos para sentirse ‘tentado’. A nadie ha escapado que el potencial de un joven de 20 años -cumplirá los 21 el 13 de julio-, al que se le estaba esperando en la lucha por los títulos más pronto que tarde, ya ha florecido, y que lo ha hecho encima en ‘condiciones atmosféricas’ adversas. La semifinal más dura de la historia primero y una final con todo en contra después han mostrado que la pasta de la que está hecho Fran Iribarne, en la victoria y en la derrota, es la de los auténticos campeones. Calidad, garra y carácter, ninguna arruga en actitud, han quedado imágenes del receptor en la retina de todos los aficionados que muestran a un auténtico ‘guardián del carácter’, un ‘top’ que no solo puede, sino que quiere tirar del carro. El zapillero renueva con Unicaja Almería desoyendo varias ofertas.
Siempre natural y fresco en su expresión, Iribarne tiene muy clara la respuesta ante la pregunta de qué le motiva para continuar en la entidad ahorradora y conservar su fidelidad: “Porque es el mejor club de España, se trabaja y se entrena muy bien, y pienso que puedo seguir mejorando mucho si sigo estando en Unicaja Almería”. Por lo tanto, ha valorado que es la mejor opción en su objetivo de ser uno de los mejores, para lo que debe seguir el camino correcto por muy complicado que resulte: “Sí ha sido un poco difícil llegar al acuerdo, ya que tenía buenas ofertas, pero ahora estoy muy contento con la decisión que se ha tomado”. De hecho, Fran Iribarne abunda al respecto y se describe como “orgulloso y motivado” por la renovación: “Cualquier jugador de la SVM querría fichar en Unicaja, así que es un lujo poder seguir un año más en este club”. Además, sabe que le quedan ‘cosas por hacer’ pintado de verde.
En ese sentido, en su primer año en el primer equipo, retomando su historia después de haberse iniciado para el voleibol en la entidad ahorradora y hacer un paréntesis, ya ha sumado su primer título: “La verdad es que ganar la Copa del Rey fue bastante
gratificante para todos, pero especialmente para mí resultó muy emocionante, al no haber ni siquiera vivido nunca antes una fase final copera”. Jamás dará por cerrada su fase formativa, ni siquiera cuando los años le hagan verse como un veterano, y es por ello que esta temporada que ha quedado atrás también ha servido para saber tener ‘amargor’ en la boca: “Teníamos la esperanza de ganar los dos partidos de la final en casa y llegar al quinto allí en Teruel, que habría sido otra cosa totalmente distinta a los dos primeros, y sí, deja mal sabor de boca”.
El mensaje entre líneas es que no se resigna, e incluso, sabiendo que Unicaja jugó bastante mermado, que estuvo muy cerca el punto de inflexión que habría cambiado el rumbo de la final. Ello lo motiva aún más de cara al nuevo curso, en el que habrá un bloque de nuevo muy potente: “Por lo que parece, se va a hacer un equipo muy competitivo, ya que seguramente jugaremos Europa y que también queremos ganar todo lo máximo posible respecto a títulos nacionales durante la temporada”. Dicho esto, otra vez esa palabra, ‘competitivo’, se aplicará hacia el rival, pero desde dentro de los entrenamientos: “Aún no se sabe mucho sobre jugadores, pero supongo que habrá bastante competencia, justo por hacerse un equipo muy, muy competitivo”. A Fran Iribarne eso le supone seguir en el camino antes referido del crecimiento.
Eso sí, no es el mismo jugador que regresó a su Unicaja Almería el curso pasado, valorando que esta temporada ha sido un antes un después en su carrera y la que más le ha servido en sus propósitos personales: “Sí, he cogido mucha confianza y he jugado en momentos difíciles que me han hecho crecer como jugador”. Es más, en ellos se ha sentido ‘en su salsa’, haciendo cosas ‘de veterano’ impropias para un ‘casi niño’ que apenas está estrenando la veintena: “Sí, por supuesto que me gusta tirar del carro y decir ‘aquí está Fran’; es algo que siempre me ha caracterizado”. El carácter lo lleva ‘de serie’, algo que se tiene o no se tiene, y algo muy importante al respecto es que sabe cómo utilizarlo a su favor y el de su equipo, transmitiéndolo y contagiándolo en el momento más necesario.
Si bien él no lo ha visto conveniente, sí que se están produciendo movimientos en el mercado, los ya públicos y los que dentro del ‘mundo voleibol’ conocen entre los propios jugadores, dibujándose una próxima temporada atractiva: “Sí es verdad que hay mucho movimiento, pero seguro que va a ser para una Superliga emocionante y sorprendente, como ya lo ha sido esta pasada”. En ese contexto, sus objetivos en el ámbito individual son claros: “Sobre todo seguir formándome, seguir trabajando duro y ayudar en todo lo que se pueda al equipo”. Por ende, los relaciona con los deseados para el grupo: “Ganarlo todo y conseguir ser una piña, dentro y fuera del campo”. Eso será más fácil si sigue aumentando la afición en el Moisés: “Lo espero y lo deseo; ellos son clave tanto en los momentos difíciles como en los mejores”.
Familiar y cercano, orgulloso de sus raíces, encaja a la perfección en la dinámica de actividades sociales del club, siendo su favorita la visita a colegios en ‘El deporte es vida’: “Son divertidas, además de inculcarle los valores y lo bonito del deporte”. Por último, el verano será aliado para llegar a tope: “Disfrutar de la familia sin olvidar cuidarme, entrenar todos los días en playa e ir al gimnasio para conservar la forma”.
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