Tras las renovaciones de los receptores Jorge Almansa y Fran Iribarne, así como de los líberos Álex Fernández y Antonio Casimiro ‘Artés’, se han dado a conocer ya cuatro incorporaciones a la disciplina blanquiverde, tres de ellas regresos felices a la entidad. Se trata de Mario Ferrera como receptor, del colocador Ignacio Sánchez y del central Jean Pascal Diedhiou, a los que se ha sumado uno ‘nuevo en esta plaza’ como es el opuesto Pablo Kukartsev. Ahora es el turno de otro central más y el elegido es el ruso Dimitry Nikolayevic Baranov, nacido el 29 de agosto de 1994 (cumplirá los 25 años en plena pretemporada) en la ciudad de Novosibirsk. Su altura es de dos metros y dos centímetros y es conocido en España tras jugar a muy alto nivel en el recién ascendido y después descendido Intasa San Sadurniño.
Se crio para el vóley en el segundo equipo del Lokomotiv Novosibirsk, club de gran potencial que fuese en 2012 campeón de la Champions League tras doblegar como anfitrión de la Final Four al PV Cuneo. En su época, Baranov fue campeón ruso en la categoría junior defendiendo esos colores: “Empecé en el voleibol cuando tenía 11 años, ya que un entrenador, Bazulkin, vino a mi colegio en mi ciudad natal y me invitó a probar los entrenamientos; nada más acabar mi primer entreno ya supe que me gustaba este deporte y dos años más tarde comencé en el equipo escolar de mi ciudad; después fui invitado a probar en el filial del Lokomotiv, con el que gané la liga de jóvenes”. Para que cogiese experiencia se le traspasó al Kuzbass, un equipo de Kemerovo, formación en la que le hicieron debutar con ‘los mayores’.
Para el joven central fue una buena experiencia, pero no suficiente: “Cogí práctica y fue bueno, pero entendí que no estaba consiguiendo la suficiente experiencia, que jugar con el segundo equipo no era suficiente crecimiento profesional junto a alguna
vez entrenar con el primer equipo”. Tras graduarse en la universidad decidió ir a por todas en su desarrollo como jugador y comenzó en la liga B de su país, recibiendo al poco tiempo una oferta para jugar en el extranjero: “Mi primera experiencia en Azerbaijan acabó siendo tercero y tras esa exitosa temporada recibí la proposición de jugar con el equipo nacional de ese país y convertirme en jugador del Lokomotiv Baku”. Se trata, por tanto, de un jugador con experiencia internacional y que ha sido capaz de ofrecer grandes actuaciones precisamente en la Challenge Cup.
A ella regresará con Unicaja Almería, un club al que llega cargado de ilusión y con la intención de renovar retos: “He querido fichar porque este es uno de los mejores de España, porque además es un club que siempre pretende liderar el voleibol español y porque se ajusta a mis objetivos”. Baranov busca la perfección e ir rompiendo sus techos y, por ello, ante la opción de jugar en Grecia tras estar en el ‘escaparate de Europa’, eligió España y recaló en San Sadurniño al valorar mejor la liga española: “Un voleibol más rápido y más técnico”. La experiencia la valora como positiva, feliz con el nivel mostrado pese a no lograr el objetivo: “Para la temporada 2019-2020 lo que quiero es continuar en Unicaja Almería mi crecimiento profesional y ayudar al equipo a ganar títulos”. Encaja a la perfección en mentalidad ganadora.
De hecho, abunda en ello: “Este club me va a proporcionar entrenamientos buenos y muy profesionales, y estoy seguro de que puedo contribuir a los mayores objetivos de la entidad para ser campeones esta temporada”. Su calidad técnica individual y su modo natural de que fluya el voleibol no han pasado desapercibidos para Unicaja, con registros como haber anotado 24 puntos en un partido que ‘Sansa’ perdió ante Barça Vóley por 1-3, o ser el segundo atacante más efectivo de la Superliga, tras el también central y viejo conocido Moisés Cézar, marcando nada menos que un 56% de acierto sobre 259 bolas, siendo un gran recurso en el reparto de juego de Andrés Portero pese a no contar en muchas ocasiones con una recepción perfecta. Es una prueba más de que transmite seguridad a sus compañeros cuando está en pista.
Sus hobbies son la fotografía, leer y viajar, pero tiene una gran fijación con triunfar y demostrar toda su valía: “Lo que pretendo es progresar en mi juego y ayudar a mi nuevo equipo a ser campeón en España, pero también avanzar en Europa y ganar cuantos partidos sea posible en la Challenge Cup”. En esa línea, “sería fantástico lo de repetir el triplete y por ello seguro que se luchará”, afirma, junto a Jean Pascal, al que conoce personalmente y del que dice que es “un gran jugador y una persona muy amigable”. Sobre ocupar el puesto de Borja Ruiz, un mito blanquiverde, lo tiene claro y no se arruga: “A él no lo conozco personalmente, pero sé de su carisma, y lo que puedo decir es que voy a dar mi mejor versión de mí mismo esta temporada”.
El reto europeo le motiva especialmente: “He jugado ya la Challenge Cup y esta va a ser mi segunda vez, y espero que comencemos con una victoria sobre el equipo austriaco del Graz, y después seguir ganando todos los partidos que sea posible junto a todos mis compañeros de Unicaja Almería”. No pudo venir al Moisés Ruiz la pasada temporada, pero sí sabe que sus aficionados “aman y animan a su equipo”. Encantado de que en España se juegue con “vóley rápido y técnico”, la preferencia
respecto a las relaciones del grupo las marca con rojo: “Espero primero tener una buena relación personal y después que nos entendamos bien entre todos durante los entrenamientos y los partidos”. En cuanto al técnico, de Manolo Berenguel solo tiene una primera impresión: “Creo de mi futuro técnico que es un entrenador muy profesional y que tiene una buena comunicación con la plantilla”. De Unicaja sabe que es “un club serio y disciplinado” que ficha “jugadores fuertes de primer nivel”, por lo que el salto al verde es “un reto” para Baranov.
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