Competía, pero deseaba ayudar a sus adversarios cuando notaba su sufrimiento, por lo que se vio desde muy pronto abocado a desarrollarse profesionalmente en lo que, sin duda alguna, era una vocación. Y sí, es extremadamente fina esa línea que separa la competitividad y el compañerismo, porque el deporte en si tiene ese sentimiento intrínseco a los valores que lo hacen extraordinario, si bien a ciertos niveles es algo difícil de cruzar. José Manuel Rodríguez (5 de agosto, 1969, Pino del Oro, Zamora), ha recibido los 50 años siendo ‘verde’ a todos los efectos, como flamante incorporación al staff médico del Club Voleibol Unicaja Costa de Almería: “Es un nuevo reto, toda una experiencia única poder trabajar con el mejor equipo español de voleibol, y creo que me va a resultar muy enriquecedor desde el plano profesional”. Con él se abre otra vía en la historia, se crea una figura que no había tenido hasta ahora la entidad ahorradora: fichado un psicólogo deportivo.
El perfil que ha buscado el club parece diseñado para que se lo enfunde como un guante este funcionario zamorano afincado en Almería desde hace algo más de dos décadas, como se desprende de la respuesta a la pregunta ¿quién es Jose?: “Soy psicólogo deportivo y me considero un apasionado del deporte, en el que he estado federado y he competido en atletismo, golf y tiro deportivo; esa trayectoria en modalidades individuales no ha dejado hueco para haber tenido una relación competitiva con modalidades colectivas, aunque sí que he sido un fiel seguidor del fútbol, el baloncesto y el voleibol”. Feliz por crecer en una actividad vocacional, “sí que lo es, en parte forjada por mis años compitiendo”, precisa, hizo la carrera para cumplir un sueño y como tal la lleva ahora a la práctica. Ya ha ‘tomado medidas’ a Unicaja Costa de Almería:
“La plantilla es de extraordinarios profesionales con una amplia experiencia, por lo que una buena gestión de las emociones positivas, junto con la ilusión, la motivación y el apoyo de la afición, pueden conducir al éxito del equipo y al crecimiento individual de los deportistas”.
Convencido de su valiosa aportación, se alegra de que se haya producido por fin una gran expansión dela psicología deportiva a los deportes de equipo: “En todos los individuales, al no existir variable compensatoria como en los colectivos, estos aspectos psicológicos cobran una mayor importancia, y este hecho generó, entre otras razones, que la psicología del deporte en España tuviera un gran desarrollo en los años 90 con las famosas Becas ADO para las olimpiadas de Barcelona, y que en los deportes colectivos su expansión haya sido un poco más lenta”. Para el profesional de esta rama, el voleibol es un apasionante campo de acción: “Es uno de los deportes colectivos en el que influyen numerosos aspectos psicológicos, como control emocional y control de los impulsos, en particular en determinados momentos clave de un partido”. La teoría lo avala: “De hecho, muchos deportistas y entrenadores consideran que la eficacia en el deporte viene determinada por el aspecto mental, entre el 40% y el 90% del éxito dependiendo de la situación o de la modalidad deportiva según autores como Werbach y Gould”.
En su caso, puede que el hábito hiciera al monje, puesto que una vez retirado del deporte competitivo comenzó su etapa académica, primero en la UAL en el Grado de Psicología, después el Máster en Intervención Psicológica en Ámbitos Clínicos y Sociales y el Máster General Sanitario, y acabando en la Universidad Autónoma de Madrid con la lectura de su tesis doctoral en Psicología del Deporte. Eso sí, ese recorrido formativo no tiene fin, compaginándolo con la doble actividad profesional: “Estos últimos años he trabajado en el ámbito de la selección de personal, donde tengo amplia y dilatada experiencia, y en el de la Psicología del Deporte individual de élite, atletismo, golf, tiro, piragüismo…, y en colectivos, como en fútbol con el Club Deportivo El Ejido, también en su sección de sala, en fútbol femenino con el Lorca Féminas….; he podido conocer una realidad muy diferente a los deportes individuales, con sus ventajas e inconvenientes con respecto a estos últimos”.
Su plan de acción a bordo del Club Voleibol Unicaja Costa de Almería ya está en ciernes: “Vengo con mucha ilusión y muchas ganas de aportar mis conocimientos en este campo; en primer lugar tendré que valorar las necesidades individuales de la plantilla así como conocer los objetivos fijados para la temporada por el cuerpo técnico para a partir de ahí poder planificar las posibles intervenciones que pudiera requerir el equipo”. Eso sí, antes de la aplicación de sus planteamientos tiene clara una cuestión inherente a la entidad más laureada del voleibol nacional: “En mi opinión, para cualquier jugador, miembro del staff técnico o aficionado, el palmarés de este equipo puede ser una presión debido a su peso y la responsabilidad que produce formar parte de la historia del club, y a la misma vez ser motivador para todos contribuir a que se sigan consiguiendo títulos y mantener el excelente nivel”.
Lo que sí ‘acepta’ es la ‘ayuda’ de la grada: “Evidentemente, los deportistas son seres emocionales y en momentos clave del partido el apoyo o ayuda de la afición es determinante en el logro de los objetivos”. Para todo lo demás, José Manuel Rodríguez: “Es importante que los jugadores estén preparados psicológicamente para enfrentarse a ambientes hostiles, dado que el aspecto psicológico se debe entrenar junto a los aspectos tácticos, técnicos y físicos”.
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